Las vitaminas están relacionadas con el funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo, razón por la cual son sustancias muy necesarias para la salud.

Tener un sistema inmunitario en buenas condiciones es posible con una buena alimentación. Para ello, se deben ingerir alimentos principalmente antiinflamatorios como las frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales, a su vez que se debe intentar disminuir el consumo de alimentos que contengan ingredientes no saludables.

Hay que recordar que son 13 las vitaminas esenciales que no pueden ser elaboradas por el organismo, por lo que se obtienen a través de una dieta rica en alimentos naturales y sobre todo variados.

Una de esas vitaminas esenciales es la C o ácido ascórbico, la cual se constituye en un poderoso antioxidante que protege de los daños ocasionados por los radicales libres.

Este nutriente contribuye además a la formación de colágeno, elemento básico del tejido conectivo que se localiza en los tendones, vasos sanguíneos, huesos y piel, el cual ayuda a fijar la estructura y a la cicatrización de las heridas.

Dicha vitamina estimula el funcionamiento del sistema inmunitario protegiendo contra las infecciones.

Además es un gran aliado en la absorción del hierro y por ende en la prevención de la anemia, de la fatiga físico y mental y de los problemas en el aprendizaje.

Para que el organismo, puede recibir dicha vitamina, se deben consumir pimiento rojo, frutas cítricas, carnes rojas o pescado.

La constancia lo llevará a perder varios kilos. | Foto: Getty Images

Este nutriente es muy necesario, ya que ayuda al funcionamiento del cerebro, estimulando la síntesis de algunos neurotransmisores, el crecimiento de las células nerviosas y genera efectos sobre el aprendizaje y la memoria.

Si lo que se requiere es vitamina C, es necesario conocer a qué alimento se puede recurrir para obtener todos estos nutrientes.

Normalmente se cree que la naranja es la fruta que la contiene en mayor cantidad, pero en realidad es el escaramujo la alternativa que tiene un contenido más alto en vitamina C.

Después de quitar las semillas, el escaramujo se puede comer crudo, pero su consumo más frecuente se da por medio de mermeladas, dulces o en tés.

Un fruto con muchas vitaminas

El escaramujo es un fruto de los arbustos del género Rosa, tales como la rosa mosqueta y el rosal silvestre.

Existen numerosas especies, en su mayoría son de color rojo anaranjado, pero algunas especies se pueden apreciar de color morado oscuro y negro.

El escaramujo tiene entre 1700 y 2000 mg de vitamina C, lo que lo convierte en una de las fuentes vegetales más ricas de esta vitamina.

Los alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, las frutas y las verduras, son fuentes naturales para obtener esta vitamina esencial. | Foto: Getty Images

También posee vitaminas A, D y E, y flavonoides antioxidantes. Mientras que la naranja contiene aproximadamente 50 miligramos de vitamina C por cada 100 gramos de alimento, el escaramujo le gana totalmente.

Para la Organización Mundial de la Salud, OMS, la cantidad diaria recomendada de vitamina C es de 75 miligramos al día para las mujeres y 90 miligramos al día para los hombres.

En el embarazo, se requieren de 120 miligramos diarios. El nivel máximo que una persona requiere es de 2000 miligramos al día.

La mejor infusión

Para tratar la retención de líquidos y para bajar de peso, lo más recomendable es consumir el escaramujo en infusión, ya que este fruto actúa como un diurético activo.

Hay que tener en cuenta que por su alta concentración en taninos, también cuenta con una acción astringente y antidiarreica.

Para preparar este té requiere de:

- 15 gramos de escaramujos frescos, lavados y cortados a la mitad

- 1/2 litro de agua

- Miel (opcional)

Para prepararlo debe poner a calentar el agua, introducir los escaramujos cuando el agua esté en ebullición, luego de varios minutos debe apagar el fuego y dejar reposar durante 5 minutos.

Cuele la bebida y sírvala.

Combatir las varices es otra de las ayudas que le brindará este té | Foto: Guido Mieth