Tras la aprobación en la Cámara de Representantes del proyecto de reforma a la salud del gobierno de Gustavo Petro, la congresista Catherine Juvinao en entrevista con la revista Semana se refirió al articulado que pasó el primer examen en el Legislativo y habló de los reparos y los riesgos del documento que deberá seguir su trámite en el Senado de la República.
“Esto da para muchos análisis. Algunos dirán que votaron a conciencia, que apoyaron la reforma por convicción. Otros claramente estaban definiendo su voto en las últimas semanas, dependiendo de otros factores. Asimismo, los que hicimos críticas también tenemos distintas motivaciones”, aseguró la congresista.
La representante a la Cámara por Bogotá, quien acompañó la campaña presidencial de Gustavo Petro pero ha sido crítica de su gestión como mandatario, explica que la reforma parte de un diagnóstico equivocado y que no va a resolver la crisis financiera del sistema. “Elimina controles, se inventa un pago anticipado del 85 % en la mediana y alta complejidad, y va a financiar la oferta de los Caps, inclusive a los privados, que eso no tiene ningún sentido”.
Considera Juvinao que la reforma no está centrada en el paciente ni en la calidad del servicio. “Simplemente está centrada en quién maneja la chequera. Al punto que hoy ni siquiera logró ver la luz uno de los poquitos artículos que yo estaba convencida que eran buenos, que era el de la meritocracia en hospitales públicos”.
“La reforma fragmenta muy peligrosamente los servicios de salud, porque el riesgo ya no lo maneja la EPS, sino que ahora todos lo gestionan de alguna manera. Los Caps, las entidades de mediana y alta complejidad, las gestoras, que son una figura que aparece en la mitad, que se traslapan las funciones con todo lo demás. También las redes integrales e integradas, y la burocracia nueva que crea la reforma, que son las coordinaciones regionales”, prosigue la entrevista.
Subraya en otro de los aspectos que los grandes perjudicados van a ser los mismos pacientes que dice la reforma defender y que el articulado como fue aprobado en la Cámara, acaba con un derecho fundamental, que es el de la libre elección del prestador. Este es uno de los vicios que hemos reclamado.
Considera que pasa a tantas instancias nuevas creadas, “La reforma no fortalece los controles a la corrupción. Más bien los debilita. La reforma crea unas nuevas burocracias, a las que además les asignan hasta el 1 % del total del presupuesto en salud. Eso para el otro año es más o menos entre 900.000 millones y un billón de pesos a una nueva burocracia que ellos le llaman Unidades Zonales de Planeación.