La salud física se ha convertido en una gran prioridad para millones de personas alrededor del mundo. Lo que antes suponía el paso natural del tiempo sobre el cuerpo, ha pasado a ser la razón de grandes inversiones de tiempo, dinero y esfuerzos, a fin de que el cuidado personal aumente considerablemente.
Este afán se ha visto acompañado por la gran tendencia que representan los influencers de estilo de vida que comparten consejos, hábitos o rutinas en sus redes sociales. De hecho, algunos creadores de contenido también suben sugerencias que buscan promocionar productos de beneficio para los diferentes sistemas del organismo.
Toda esta onda saludable ha llevado a que muchos acudan con mayor frecuencia al médico a consultar su estado, lo cual es de gran apoyo para todos, ya que algunas enfermedades no se notan con tanta facilidad, tales como otras que manifiestan fuertes dolores o cambios en la apariencia.
A estos males se les conoce como enfermedades silenciosas. La doctora Clara Inés Arango Campuzano, Médica General de la Universidad Pontificia Bolivariana, definió para el portal de Tena a este tipo de aflicciones como “aquellas que no producen síntomas, pero que si no se detectan a tiempo pueden producir mucho daño a largo plazo”.
“El paciente llega normal y en el examen de rutina siempre se toma la presión arterial, muchas veces uno encuentra presiones muy elevadas y pregunta, ¿usted es hipertenso? No. ¿Ha sentido algo raro? No. Entonces, aunque nunca hayan presentado síntomas, debo hacer un tamizaje de presión arterial para buscar enfermedad oculta”, añade Campuzano al comentar un ejemplo.
Y es que así como la situación que reseña la experta, existen enfermedades silenciosas que afectan a procesos tan delicados e indispensables para la humanidad como la circulación. Una de las más graves es la arteriosclerosis, la cual ha cobrado una gran cantidad de vidas sin dar aviso.
Para entender mejor lo que sucede con esta afección es importante saber que la sangre debe mantener una composición limpia y equilibrada. Cuando se presentan altos niveles de colesterol o triglicéridos se pueden producir altibajos en el flujo, lo que puede llevar a infartos o accidentes cerebrovasculares, teniendo consecuencias fatales.
Estos componentes, conocidos en parte como lípidos, hacen que la sangre se ensucie, los canales de transporte de la misma se taponen u obstruyan y se dificulte la distribución de hormonas.
Una de las maneras en que esas obstrucciones se dan es causada por la ya mencionada arterioesclerosis, la cual fue explicada por el doctor Carlos Guijarro, presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), para El confidencial como “el proceso de envejecimiento y rigidez de las arterias condicionado fundamentalmente por la edad. (A su vez) las placas de ateroma son los engrosamientos de la parte interna de la pared arterial producidos por acúmulo de colesterol y otro tipo de células de tipo inflamatorio”.
A veces esta puede verse subrogada por otra enfermedad, situación que supone mayor gravedad. “Ambos procesos transcurren en paralelo: es decir, la ateromatosis se superpone a la arteriosclerosis, por lo que el término más correcto sería aterosclerosis, aunque dada la proximidad de los términos, en el uso común se emplean indistintamente”, agregó el especialista.
Con el aretoma por lo menos hay un tiempo considerable de reacción, pero con la esclerosis no pasa lo mismo. Esto se debe a su sigilo.
“Tenemos una capacidad limitada de acción, mientras que nuestra capacidad de detener la progresión e incluso hacer regresar la placa de ateroma ha sido demostrada”, siguió comentando el profesional de la salud.
La arterioesclerosis se ve influenciada por factores de riesgo como la obesidad, la diabetes, el sedentarismo o el tabaquismo. Es esencial reconocer que no es una enfermedad que aflija únicamente a personas de edad avanzada.
“A partir de la segunda década de la vida (antes en las hipercolesterolemias familiares severas) se desarrolla la denominada estría grasa (acúmulo de colesterol) que es la base de una placa fibrosa. El acúmulo de células inflamatorias produce una degradación de la capa fibrosa y da lugar a la placa vulnerable. Finalmente, la rotura de la placa conduce a la placa complicada, con un trombo que la arteria interrumpe el riesgo sanguíneo y se produce el infarto isquémico si la oclusión es suficientemente prolongada”, aseveró Guijarro.
Finalmente, sobre los síntomas el doctor concluyó en diálogo con el medio citado que “el hombre (y la mujer) vive con aterosclerosis y fallece de trombosis’ es un adagio no del todo exacto, pero que traduce bien el proceso: la aterosclerosis se desarrolla durante décadas de modo asintomático y la complicación puede transcurrir en segundos”, describe el internista. De hecho, cerca de un 30% de las personas que sufren un infarto de miocardio fallecen de modo súbito sin poder acudir a un hospital. Son personas aparentemente sanas que han convivido con la enfermedad”.