Nacer deja una huella en todos los seres humanos, se llama el ombligo y tiene muchas formas: ovalados, redondos hundidos o hacia fuera, que se forman en los primeros días posteriores al parto. Aunque su función es vital durante el tiempo de gestación, puesto que provee de los nutrientes y el oxígeno al feto, cuando la persona sale del vientre pierde su razón de ser, por eso los médicos lo cortan.

El ombligo de las mujeres suele agrandarse durante el embarazo. | Foto: Getty images

Pero, y esto es algo poco conocido, en el nacimiento, el ombligo puede tener una última función muy importante, puesto que una nueva técnica clínica permite extraer células hematopoyéticas (las que producen la sangre) del cordón umbilical durante el parto, de tal forma que puedan ser utilizadas para un trasplante de médula ósea a pacientes que por diferentes enfermedades, como leucemia o talasemia, lo requieran.

Entre las curiosidades que tiene el ombligo, se puede afirmar que es el lugar del cuerpo que más pelusas puede albergar. Como lo comprobó un estudio realizado por el investigador Jorge Stenhauser 2009, a este particular orificio llegan todas las fibras de ropa que descienden por el vello abdominal. Además de las fibras de la ropa, las pelusas se forman por partículas de polvo y grasa corporal.

El estudio descubrió que afeitarse el abdomen reduce la acumulación de pelusas en el ombligo, y que las prendas nuevas desprenden más fibras que las viejas. Además, en otro estudio clínico con 60 voluntarios, se determinó que en los ombligos se pueden encontrar hasta 2.368 especies de bacterias.

Los ombligos tienen distintas formas, aunque no existen muchas explicaciones de por qué se presentan de una u otra. | Foto: Getty Images

Si bien el ombligo no tiene una función en la vida fuera del vientre, si puede generar molestias y diferentes dolores que, de acuerdo con especialistas, pueden deberse a causas como el estreñimiento, la apendicitis o el síndrome del intestino irritable.

También existe una enfermedad directamente relacionada con el ombligo, se trata de la hernia umbilical. Como explica el doctor Manuel López Cano, coordinador de la sección de Pared Abdominal de la Asociación Española de Cirujanos, esta “pertenece a las denominadas hernias ventrales primarias de la pared abdominal y es cuando parte del contenido de la cavidad abdominal sale a través de ese orificio en el ombligo”.

La causa de la hernia umbilical no es muy clara, para el especialista, existen diversas posibilidades, una de ellas se relaciona con “la falta del cierre del orificio del cordón umbilical en los bebés”. Otras causas se asocian con problemas en el embarazo, la obesidad y con presencia de líquidos en la cavidad abdominal.

Sobre las hernias en los bebés, el doctor aclara que “pueden llegar a desaparecer espontáneamente (se cierra el orificio) en los primeros años de vida. En los adultos, es posible que se requiera de una intervención quirúrgica”.

Los ombligos albergan pelusas y bacterias, por lo que es importante limpiarlos. | Foto: GettyImages

El ombligo también puede ser modificado por razones a través de una cirugía plástica conocida como la umbilicoplastia, que “consiste en mejorar el tamaño, la forma o la posición del ombligo”, de acuerdo con Ismael González, cirujano plástico de Clínica FEMM.

Esta cirugía se emplea igualmente en casos donde sea necesario, por diferentes circunstancias como accidentes, heridas y malformaciones congénitas, para reconstruir el ombligo de un paciente.

Algunas de las umbilicoplastias pueden deberse a que las personas no se sienten bien con la forma de su ombligo, por ejemplo, que sea pronunciado hacia afuera. Lo curioso es que no hay muchas explicaciones para este tipo de ombligo abombado, en la mayoría de los casos depende de la forma en que se cierra la pared abdominal durante las dos semanas siguientes al nacimiento.

Sin embargo, algunos especialistas consideran que se debe a razones genéticas o a “una pequeña hernia umbilical que genera ese abombamiento, en cuyo caso estaría indicado, no solo corregir la forma del ombligo, sino también la hernia”, según González.