La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó sus recomendaciones sobre grasas totales, grasas saturadas y ácidos grasos trans e hidratos de carbono, basándose en la evidencia científica más reciente.

Ahora la OMS aconseja a los adultos consumir al menos 400 gramos de verduras y frutas al día, además de 25 gramos de fibra alimentaria natural.

Por otro lado, los niños entre los 2 a 5 años deberían ingerir al menos 250 gramos de verduras y frutas al día. Los de 6 a 9 años, 350 gramos y los de 10 años o más, 400 gramos al día.

Para la fibra alimentaria natural, las recomendaciones de la OMS son que los niños de 2 a 5 años consuman al menos 15 g al día; los de 6-9 años, al menos 21 g al día; y los de 10 años o más, al menos 25 g al día.

Los niños entre los 2 a 5 años deberían ingerir al menos 250 gramos de verduras y frutas al día, según la OMS. | Foto: Getty Images

Estos consejos tienen el objetivo de reducir el riesgo de aumento de peso no saludable y de enfermedades no transmisibles que tienen relación con la alimentación, como por ejemplo diabetes tipo 2, patologías cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

Frente a las grasas alimentarias, la OMS señala que tanto la cantidad como la calidad “son importantes para la buena salud”. La OMS reafirma que los adultos deben limitar la ingesta total de grasas al 30 por ciento o menos de la ingesta total de energía.

Frente a las grasas alimentarias, la OMS señala que tanto la cantidad como la calidad son importantes para la buena salud. | Foto: Getty Images

¿Cómo consumir las grasas saludables?

Según lo indica la OMS, las grasas consumidas por todas las personas a partir de los 2 años de edad deben ser ácidos grasos insaturados, también llamadas grasas saludables. “Sin que más del 10 por ciento de la ingesta energética total proceda de ácidos grasos saturados y no más del 1 por ciento de la ingesta energética total de ácidos grasos trans, tanto de fuentes producidas industrialmente como de animales rumiantes”, resalta la entidad.

Frente a los ácidos grasos saturados y los ácidos grasos trans de la dieta, la OMS anota que pueden sustituirse por otros nutrientes como ácidos grasos poliinsaturados, ácidos grasos monoinsaturados de origen vegetal o hidratos de carbono procedentes de alimentos que contengan fibra dietética natural, como cereales integrales, verduras, frutas y legumbres.

Cabe mencionar que los ácidos grasos saturados pueden encontrarse en la carne grasa, los alimentos lácteos y las grasas y aceites duros como la mantequilla, el ghee, la manteca de cerdo, el aceite de palma y el aceite de coco, y los ácidos grasos trans en los alimentos horneados y fritos, los aperitivos preenvasados y los alimentos cárnicos y lácteos procedentes de rumiantes, como vacas u ovejas.

La OMS ofrece una nueva recomendación según la cual la ingesta de carbohidratos para todas las personas a partir de los 2 años de edad debe proceder principalmente de cereales integrales, verduras, frutas y legumbres.

Los ácidos grasos saturados pueden encontrarse en la carne grasa, los alimentos lácteos y las grasas y aceites duros como la mantequilla. | Foto: 123 RF

En el caso de padecer hipertensión

En relación a la hipertensión arterial, Medline Plus señala la importancia de realizar cambios en la dieta para controlarla. Estos cambios no solo pueden ayudar a reducir el peso corporal, sino también disminuir la probabilidad de sufrir enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares.

Una de las principales recomendaciones es evitar el consumo de bebidas con cafeína, ya que esta sustancia puede aumentar la presión arterial. Para las personas diagnosticadas con hipertensión o presión arterial elevada, se sugiere optar por bebidas descafeinadas para evitar complicaciones que puedan empeorar su condición clínica.

Finalmente, lo ideal es seguir las recomendaciones actualizadas de la OMS sobre la ingesta de grasas, carbohidratos y frutas y verduras, ya que puede contribuir significativamente a una alimentación más saludable y, en consecuencia, a una vida más plena y activa. Es importante recordar que una dieta equilibrada, junto con un estilo de vida activo, son pilares fundamentales para el bienestar general y la prevención de enfermedades a largo plazo.