A medida que más personas se suman al estilo de vida activo y buscan mejorar su masa muscular, la atención se centra en la nutrición como un componente crucial para alcanzar esos objetivos.

Junto con la proteína y otros nutrientes, las vitaminas desempeñan un papel fundamental en el proceso de construcción muscular.

Vitamina D: la aliada del crecimiento muscular

La vitamina D, a menudo conocida como la “vitamina del sol”, desempeña un papel clave en el crecimiento muscular.

Según el Instituto Nacional de Salud de EE. UU. (NIH), esta vitamina ayuda a mantener la salud de los huesos y los músculos, lo que la convierte en un nutriente esencial para los amantes del fitness.

La exposición solar y alimentos como el salmón y los huevos son buenas fuentes de vitamina D. Si la exposición al sol es limitada, los suplementos de vitamina D pueden ser una opción a considerar.

El salmón es una gran fuente de vitamina D. | Foto: GettyImages

Vitamina C: un potente antioxidante para la recuperación muscular

La vitamina C es conocida por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para combatir el estrés oxidativo generado por el ejercicio intenso.

El Instituto Nacional de Salud (NIH) recomienda alimentos ricos en vitamina C, como las frutas cítricas, las fresas y los pimientos.

La vitamina C también es necesaria para la producción de colágeno, que es esencial para el mantenimiento de los tejidos musculares y conectivos.

Vitamina E: protección muscular contra el estrés oxidativo

Se encuentra en alimentos como los frutos secos, las semillas y los aceites vegetales. Según el USDA (Departamento de Agricultura de EE. UU.), los adultos deben asegurarse de consumir suficiente vitamina E a través de su dieta.

Los frutos secos son un gran aliado en la ingesta de vitamina E. | Foto: ©lacaosa21

Vitaminas del complejo B: energía y reparación muscular

Las vitaminas del complejo B, que incluyen la B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B6 (piridoxina) y B12 (cobalamina), son esenciales para la producción de energía y la reparación muscular.

Fuentes comunes incluyen carne magra, pescado, lácteos y alimentos ricos en granos enteros.

Aquellos con dietas restrictivas pueden considerar la suplementación de vitaminas B, pero siempre bajo supervisión de un profesional de la salud.

Vitamina A: fundamental para el desarrollo muscular

La vitamina A es importante para el desarrollo muscular y la regeneración de tejidos. Se encuentra en alimentos como la zanahoria, la batata y los vegetales de hojas verdes.

Consumir una dieta equilibrada que incluya estos alimentos es esencial para obtener suficiente vitamina A.

Si bien la mayoría de las personas puede obtener estas vitaminas a través de la alimentación, aquellos con deficiencias o necesidades específicas pueden beneficiarse de los suplementos, siempre bajo la orientación de un profesional de la salud.

¿Qué se debe comer antes de hacer ejercicio para perder grasa?

Antes de sumergirse en una sesión de ejercicios, el cuerpo necesita una fuente de energía adecuada para mantenerse activo y quemar grasa de manera efectiva.

Según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), los carbohidratos son la principal fuente de energía durante el ejercicio de baja a moderada intensidad y deben ser parte de su ingesta antes de entrenar.

Según el NHLBI, estos son algunos alimentos recomendados para consumir mínimo 3 horas antes de hacer ejercicio:

  • Frutas: Las frutas como las manzanas, las naranjas y las bananas son ricas en carbohidratos naturales y proporcionan una liberación de energía sostenida durante el ejercicio.
  • Avena: La avena es una excelente fuente de carbohidratos de liberación lenta, lo que significa que proporciona energía de manera constante durante su entrenamiento.
  • Yogur bajo en grasa: El yogur bajo en grasa es rico en proteínas y carbohidratos, lo que lo convierte en una opción equilibrada para antes del ejercicio.
  • Pan integral: Consumir una rebanada de pan integral con una fuente de proteína magra, como pavo o pollo, puede ser una elección adecuada para mantener la energía y promover la quema de grasa.
Expertos recomiendan comer aproximadamente 1 a 3 horas antes de su sesión de ejercicios para una adecuada digestión y evitar reflujos. | Foto: Getty Images