Una de las 13 vitaminas que necesita el organismo para funcionar óptimamente es la K. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, este es un nutriente clave para la coagulación de la sangre, la salud de los huesos y para otras funciones del cuerpo. “Si está tomando algún anticoagulante, como la warfarina, es muy importante que consuma la misma cantidad de vitamina K todos los días”, dijo la entidad.

Mientras que la falta de esta vitamina puede hematomas (moretones) y problemas de sangrado debido a que la coagulación de la sangre es más lenta. “La deficiencia de vitamina K podría reducir la fuerza de los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis ya que el cuerpo necesita la vitamina K para la salud ósea, subraya los Institutos Nacionales de Salud.

Adicionalmente, según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el sangrado por deficiencia de vitamina K ocurre en los bebés porque estos no no tienen la cantidad suficiente de este nutriente para formar un coágulo.

Tener una buena coagulación es clave para evitar el desarrollo de hemorragias. | Foto: Getty Images
La vitamina K es conocida como la vitamina de la coagulación. | Foto: Getty Images

Todos los bebés tienen riesgo de sufrir esta afección hasta que inicien el consumo de alimentos sólidos y hasta que las bacterias intestinales inicien la producción de esta vitamina. Para evitar este sangrado los bebés reciben una inyección de vitamina K. Cuando esto no se da, el bebé puede tener sangrados en cualquier momento hasta los 6 meses.

“Los bebés que no reciben una inyección de vitamina K al nacer tienen una probabilidad 81 veces mayor de presentar sangrado por deficiencia de vitamina K tardío que aquellos que sí la reciben al nacer”, señalan los CDC.

La espinaca tiene vitaminas y minerales que fortalecen el cuerpo. | Foto: Getty Images

Es importante prestar mucha atención en los primeros días de nacimiento del bebé, ya que el sangrado puede ser en partes internas o externas del cuerpo. “Con frecuencia, un bebé que tenga este tipo de afección sangrará en los intestinos o en el cerebro, lo cual puede provocar, en este último caso, un daño cerebral e incluso la muerte”, apunta los CDC.

Cantidad necesaria

La cantidad de vitamina K necesaria depende de la edad y el sexo. Las cantidades promedio diarias expresadas en microgramos, son:

  • Bebés hasta los 6 meses de edad: 2.0 mcg
  • 7 a 12 meses: 2.5 mcg
  • 1 a 3 años: 30 mcg
  • 4 a 8 años: 55 mcg
  • 9 a 13 años: 60 mcg
  • 14 a 18 años: 75 mcg
  • Hombres adultos mayores de 19 años: 120 mcg
  • Mujeres adultas mayores de 19 años: 90 mcg
  • Adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 75 mcg
  • Mujeres embarazadas o en período de lactancia: 90 mcg

Los alimentos en los que se puede encontrar este nutriente son las hortalizas de hojas verdes como espinaca, col rizada (o berza), brócoli y lechuga; aceites vegetales; algunas frutas como los arándanos azules y los higos, y la carne, el queso, los huevos y los granos de soja.

Del mismo modo, hay suplementos dietéticos con esta vitamina, con otros nutrientes como el calcio, el magnesio y la vitamina D. “Las presentaciones comunes de la vitamina K son en forma de filoquinona y fitomenadiona (conocidas también como vitamina K1), y menaquinona-4 y menaquinona-7 (conocidas también como vitamina K2)”, enfatizó la entidad.

Efectos secundarios

Según información del los institutos Nacionales de Salud no se ha demostrado que la vitamina K proveniente de los alimentos cause daño. Sin embargo, cuando se emplean suplementos (menadiona) en dosis elevadas puede llegar a producirse hipervitaminosis.

Entre los efectos que puede desencadenar esta situación están los siguientes: interferencia con medicamentos, en especial la warfarina (anticoagulante); alteraciones en la coagulación sanguínea, ictericia, que es el color amarillento en los ojos y en la piel por exceso de bilirrubina y cambios hepáticos.