Alimentos como bollería, helados, panes, margarinas y comidas preparadas, usualmente se añaden emulsiones que son entre los adictivos más utilizados, esto con fin de mejorar su apariencia, saber, textura y vida útil de los alimentos. También puede hacer que los bizcochos estén blandos o que el helado dure en la nevera un tiempo aparentemente ilimitado.
En la UE, actualmente están permitidos unos 60 aditivos dentro de la categoría “emulsionantes, estabilizantes, gelificantes y espesantes”. El Consejo Europeo informó sobre la Alimentación (EUFIC) explicó que los 60 adictivos mencionados anteriormente pertenecen en particular mono y diglicéridos de ácidos grasos, carragenanos, almidones modificados, lecitinas, fosfatos, celulosas, gomas y pectinas.
Durante casi 7 años se recopilaron información de pacientes que forman parte del estudio NutriNet-Santé, centrado en hábitos de consumo y salud.
Se contabilizaron los adictivos consumidos por persona y en qué cantidades, además, se tomaron en cuenta otros factores de riesgo, como el alcohol o el tabaco, así lo informó los Investigadores del Inserm, del INRAE, de la Universidad Sorbona París Norte, de la Universidad París Cité y del Cnam.
E471, E407 y E407a
Un 15% más de riesgo de cáncer en general, cánceres de mama (24%) y cánceres de próstata (46%) para quienes consumen mayormente de monoglicéridos y diglicéridos de ácidos grasos (E471).
“Más de 8 de cada 10 participantes, por ejemplo, consumían diariamente productos que contenían E471″, explicó Le Monde la nutricionista y directora de investigación del Inserm Mathilde Touvier, y una de las autoras del estudio.
“Lo podemos encontrar, en particular, en postres, pasteles o helados, pero también en alimentos que no necesariamente están etiquetados como ‘comida basura’” , subraya la experta. Entre estos ejemplos “los panecillos de cereales o la margarina enriquecida con omega 3, que son consumidos principalmente por personas que quieren cuidar su salud cardiovascular” , agregó.
Con respecto a esto, en la investigación se resaltó que en el caso de las mujeres, aquellas con mayores ingestas de carragenanos (E407 y E407a) tenían un 32% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama, en comparación con el grupo con menor consumo de estos aditivos.
“Si estos resultados se replican en otros estudios en todo el mundo, aportarán nuevos conocimientos clave al debate sobre la reevaluación de las regulaciones relativas al uso de aditivos en la industria alimentaria, con el fin de proteger mejor a los consumidores”, enfatiza Touvier, en el comunicado.