Entre los beneficios que se pueden evidenciar es el efecto en el tejido que amortigua las articulaciones y permite movimientos suaves y sin fricción. Este componente proteico ayuda a mantener la integridad del cartílago, previniendo su deterioro con el paso del tiempo y el uso excesivo.

El colágeno ayuda tener una piel más sana. | Foto: GettyImages

Además, el colágeno posee propiedades anti-inflamatorias que pueden reducir la inflamación en las articulaciones, aliviando el dolor asociado con condiciones como la osteoartritis y la artritis reumatoide, lo cual permite que con el pasar de los años no se presenten dolores en las articulaciones del cuerpo, además mantiene la piel saludable, evitando la aparición de arrugas.

Estudios clínicos han demostrado que los suplementos de colágeno pueden disminuir significativamente el dolor articular en personas que padecen estas enfermedades. La ingesta de colágeno también mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones, beneficiando especialmente a personas mayores y a aquellos que realizan actividades físicas intensas. Además, los suplementos de colágeno estimulan al cuerpo a producir más colágeno de manera natural, ayudando a reparar y regenerar el cartílago dañado.

El consumo de colágeno ayuda a tener las articulaciones fuertes para poder hacer ejercicio. | Foto: Getty

El colágeno puede obtenerse a través de suplementos disponibles en diversas formas, como polvo, cápsulas y líquidos, a menudo derivados de fuentes animales como vacas, cerdos o pescados. Además, se puede aumentar la ingesta de colágeno mediante alimentos ricos en esta proteína, como el caldo de huesos, la gelatina, las carnes magras y los pescados con piel.

Para potenciar la producción natural de colágeno, es recomendable consumir alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, pimientos y fresas, así como fuentes de aminoácidos presentes en la soja, el pollo y el pescado.

Las carnes y los pescados son una fuente importante de colágeno. | Foto: Getty Images/iStockphoto