Algunas veces adelgazar representa un proceso difícil, en el que el número de la báscula es motivo de preocupación, razón por la que las personas prefieren buscar opciones rápidas, fáciles y económicas para perder los kilos que tengan de más.
Y es que a veces se olvida que la manera más sana y natural de bajar de peso es contar con un plan de alimentación saludable y equilibrado, en el que se incluya verduras, frutas y proteína y demás. A eso se suma la importancia de hacer ejercicio al menos cuatro días a la semana.
De otro lado, existe un sinnúmero de recomendaciones y de consejos, en los que prevalece el famoso saber de la abuela, pues, es cierto que la mayoría de personas hablan del poder oculto que tienen las frutas, ciertos alimentos y ciertas prácticas.
La lista es larga pero en esta se destaca el popular ayuno intermitente, una práctica que a lo largo del tiempo ha ganado fama alrededor del mundo y por la que, en la actualidad, se conocen miles y miles de testimonios de quienes alcanzaron su objetivo.
¿De qué se trata el ayuno intermitente?
Y es que el ayuno intermitente consiste en que la persona destina determinadas horas para la ingesta de alimentos y las horas restantes las destina para ayunar, tiempo en el que no come nada y escasamente bebe agua con moderación.
La organización sin ánimo de lucro, Mayo Clinic, que se dedica a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó algunas de las opciones preferidas para hacer el ayuno intermitente.
Así, las cosas, la primera opción de esta práctica es la conocida como ‘ayuno de días alternos’, en la que se debe seguir una dieta normal un día y después, ayunar completamente o preparar una comida de menos 500 calorías al día siguiente.
En esta última opción lo que recomiendan es comer con normalidad en un lapso de 7 horas cada día. En pocas palabras, la última comida sería a las 5:00 p. m. y la primera a las 10:00 a. m. del día siguiente. Esto quiere decir que se tendrían 17 horas para ayunar y 7 horas para ingerir alimentos. Habría que repetirlo al menos tres veces por semana.
Otro de los consejos más sonados es el de tomar agua antes de comer, pues, según dicen, representa el ‘impulso’ para acelerar el proceso de bajar de peso. De hecho, este truco podría acelerar el metabolismo y ayudar a reducir las grasas.
De acuerdo con el portal web ‘Vitonica’, el agua puede calmar el hambre y bajar las ganas de comer alimentos en grandes cantidades, además, daría la sensación de saciedad. También, en esta página se explicó que el agua controla la cantidad de calorías que se va a consumir.
Tampoco hay que sobrepasarse en su consumo, ya que se podría presentar una retención de líquidos u otras situaciones que desencadenen complicaciones de salud, razón por la que lo ideal es decidirse por el agua pero beberla con moderación y sin exagerar.
A pesar de estas recomendaciones hay que advertir que antes de aplicarlas en su vida, es importante, también, consultar con un experto en salud o con un nutricionista, pues, esta persona se encargará de evaluar sus condiciones médicas y darle las indicaciones más favorables.