Existen alimentos que se deben preparar siguiendo algunas instrucciones de cocción, por ejemplo la papa, la cual puede tener contraindicaciones si se come cruda. Por eso existen algunas frutas que se deben consumir sin fruta, pero existen otras que esta parte aporta grandes cantidades de nutrientes.
Siendo así, los melocotones, las manzanas y los caquis tienen más antioxidantes que la pulpa o las semillas, según un estudio publicado en la revista Current Research in Food Science. Los antioxidantes incluyen galocatequina, epicatequina y epigalocatequina, los cuales ayudan al sistema cardiovascular.
No obstante, evite la piel del aguacate, la piña y el melón, así como pelar siempre la cebolla y el ajo, debido a que pueden tener residuos de suciedad, pesticidas o productos químicos.
Joan Salge Blake, dietista diplomada y profesora de nutrición de la Universidad de Boston (EE. UU.), afirma que cuando se trata de manzanas, “la piel es la parte más rica en nutrientes”. “Contiene un aumento del 300 % de vitamina K, un aumento del 140 % de vitamina A y un aumento del 110 % de vitamina C”.
Por otra parte, la hesperidina, un potente antioxidante que tiene propiedades antiinflamatorias y puede ayudar a regular el azúcar en sangre, se encuentra abundante en las cáscaras de naranjas, limones y demás frutos cítricos.
Por su parte, la cáscara del pepino contiene una alta concentración de vitamina K, que es vital para la coagulación sanguínea y la salud ósea. También es una buena fuente de fibra y antioxidantes como los flavonoides, que tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a proteger el cerebro.
Por último, es importante resaltar que la cáscara de zanahoria contiene una gran cantidad de betacaroteno, un precursor de la vitamina A, que es vital para la salud ocular y la función inmunitaria.
Recuerde que antes de consumir algún alimento, debe consultarlo con un nutricionista de confianza para que le dé su visto bueno según cada caso en específico.