Los alimentos que presumen de ser “milagros antiaging” han captado la atención al prometer prolongar nuestra vida y retrasar el envejecimiento. Sin embargo, surge la interrogante de si realmente tienen un fundamento respaldado por la ciencia. La respuesta es negativa.

El dietista-nutricionista y doctor en Biología Molecular y Funcional, Ramón de Cangas, sostiene que no existen alimentos que por sí solos tengan el poder de alargar o acortar nuestra vida. No obstante, esto no excluye la influencia de los hábitos alimentarios en nuestra salud. La clave reside en reconocer que más que un alimento específico, se trata de un patrón dietético que puede alargar o acortar nuestra vida.

Mantener un plan de alimentación saludable puede mejorar la salud física y mental del cuerpo. | Foto: Thomas M Barwick INC

En otras palabras, las madres tienen razón al insistir en que se consuman verduras y legumbres. En un estudio extenso sobre hábitos alimentarios y longevidad, se ha descubierto que lo que comemos puede impactar en nuestra esperanza de vida. Lo contrario también es cierto: si tienes una dieta rica en pizza congelada, es probable que tu vida se acorte.

Según una investigación publicada en la revista médica The Lancet, una de cada cinco muertes a nivel global está relacionada con una mala alimentación, caracterizada por la baja ingesta de vegetales frescos, semillas y frutos secos, y el alto consumo de azúcares, sales y grasas trans artificiales. En 2017, esto resultó en más de 11 millones de fallecimientos evitables, mayormente vinculados a enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes tipo 2.

Aquí están las comidas que los expertos consideran que podrían tener un impacto negativo en tu salud y aumentar problemas para tu corazón, arterias y metabolismo si se consumen en exceso o de manera frecuente:

1. Carnes rojas y procesadas: La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reiterado en numerosas ocasiones que las carnes rojas y especialmente las procesadas no son beneficiosas para la salud, especialmente cuando se consumen en exceso y con regularidad. Según De Cangas, es recomendable reducir su consumo y considerar alternativas vegetales como el tofu o las legumbres en su lugar.

2. Bebidas azucaradas: No es ningún secreto que las bebidas azucaradas son perjudiciales para la salud. Su consumo excesivo puede llevar al aumento de peso y la obesidad, condiciones que están vinculadas a la hipertensión y que afectan negativamente a la esperanza de vida. El agua con unas rodajas de limón puede ser una alternativa saludable.

El consumo de gaseosas podría incide en el desarrollo de hígado graso. | Foto: Getty Images

3. Margarina y pizzas congeladas: Alimentos como la margarina, bollería, galletas, pizzas congeladas, palomitas y otros productos procesados de la industria alimentaria a menudo contienen grasas trans artificiales. Estas grasas se han vinculado con problemas de salud cardiovascular. Afortunadamente, su presencia ha disminuido con el tiempo, pero aún es importante limitar su consumo.

4. Exceso de sal: En España, el consumo de sal suele duplicar la cantidad recomendada (5 gramos diarios). La OMS ha advertido durante años sobre la importancia de reducir la ingesta de sodio y aumentar la de potasio. Sin embargo, gran parte de la sal que ingerimos proviene de alimentos que no sospechamos, como pizzas congeladas, galletas y bollos. De Cangas sugiere moderar el consumo de sal y reemplazarla siempre que sea posible con especias como el orégano, la albahaca o el tomillo, que pueden realzar el sabor sin comprometer la salud.

Pero también hay alimentos que mejoran la salud a lo largo de la vida:

1. Rendición ante la fruta, ya sea plátano o kiwi. El consumo habitual de frutas como manzanas, peras o frambuesas puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial.

2. Legumbres: un alimento incomprendido. Consumirlas de manera habitual puede contribuir a mantener un peso adecuado debido a su efecto saciante. La fibra y los carbohidratos complejos presentes en garbanzos, judías y otras leguminosas son beneficiosos.

3. Frutos secos y semillas: una elección que cuida. La literatura científica respalda los beneficios preventivos de frutos secos y semillas como el sésamo, la chía o el lino. Estos alimentos tienen grasas saludables, omega-3 y omega-6, que, consumidos con moderación, pueden saciar y reducir el riesgo de sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2.

4. Leche: desmitificando su reputación. La grasa láctea puede ser beneficiosa para la salud y su consumo está asociado con vivir más años. Las leches fermentadas como el yogur o el kéfir también tienen virtudes, ayudando a controlar el peso y cuidar los músculos.

La grasa láctea puede ser beneficiosa para la salud y su consumo está asociado con vivir más años.

5. Calcio y sus beneficios. El calcio no solo es esencial para huesos y dientes, sino que también beneficia la salud muscular, incluido el corazón. Una ingesta adecuada de calcio puede contribuir a mantener un peso saludable.