Bajar de peso para muchas personas es un objetivo primordial. Es más, entre las metas que suelen trazarse o proponerse desde inicio del año, está el hecho de bajar de peso, pues para algunos tener unos kilos de más, no resulta tan agradable cuando se miran al espejo o sentirse cómodo y a gusto consigo mismo, e incluso esto puede repercutir en su autoestima y amor propio. Pero también puede ser por la misma salud.
Y es que la verdad muchas veces controlar lo que se come puede resultar difícil, incluso hay personas que sufren de ansiedad y optan por comer frecuentemente para saciar temporalmente esa sensación; sin embargo, la falta de actividad física, y la ingesta de bastantes calorías en los alimentos, hace que irremediablemente se suba de peso con frecuencia.
Así, los profesionales de la salud, entrenadores y demás personal enfocado en el bienestar del cuerpo por lo general recomiendan tener una vida en la que se practique actividad física, sumado a una alimentación balanceada.
Esto quiere decir, que no es estrictamente necesario que se resuma solamente en algunos alimentos, sino en comerlos todos de manera mesurada. Claro está, evitando las azúcares en exceso, al igual que la sal o las grasas y demás componentes que pueden alterar el correcto funcionamiento del organismo. Esto evitará que se sobrepase el peso que se considera estable.
No obstante, además de esto, también es importante tener horarios para comer, porque el desorden en las comidas hará que se mantenga o aumente el peso.
“Nuestro reloj biológico prepara el cuerpo para enfrentarse a distintos cambios y situaciones que suceden durante el día, por ejemplo, comer. Cuando la ingesta tiene lugar de una manera regular, el reloj circadiano asegura que en el organismo se pongan en marcha las vías metabólicas que ayudan a asimilar los nutrientes ingeridos en ese momento”, expresó a CuídatePlus, María Fernanda Zerón, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona.
“De esta manera, el reloj, de alguna forma, se anticipa a la hora de comer y prepara el cuerpo para asimilar y metabolizar la energía de los alimentos a la misma hora del día”, agrega la experta.
Asimismo, es importante beber agua. Pero no solamente porque es un precioso líquido vital en la vida del ser humano, los animales y las plantas; ni porque el cuerpo esté compuesto en un 60 % de H₂O, sino porque también puede ayudar a bajar de peso.
De hecho, El Diario señala que un estudio demostró que las personas que tomaban 2 vasos de agua justo antes de comer, ingerían un 22 % menos de la comida.
Sumado a ello, el portal indica que “restringir calorías hace bajar el metabolismo, anulando los efectos de las dietas. Por el contrario, el agua puede estimular nuestro metabolismo, como se comprobó en un estudio con mujeres con sobrepeso, que perdieron tanto masa corporal como grasa corporal al beber dos vasos de agua antes de cada comida sin cambiar su dieta”.
Esto se debe a que “el agua estimula la termogénesis, la producción de calor en el organismo, sobre todo cuando está frío. El cuerpo tiene que gastar energía para calentar el líquido a la temperatura corporal, y cuanta más energía gaste el cuerpo, más rápido funcionará el metabolismo (un 30% más rápido con el agua a 20 grados)”.
Vale decir que el cuerpo necesita del agua para quemar grasa, pues indican que beber agua “la ingesta de agua puede aumentar la lipólisis, el proceso por el cual el cuerpo quema grasa para obtener energía, según una reciente revisión de estudios. Aunque no se sabe exactamente cómo funciona, se especula con que tenga que ver con cambios hormonales (la producción de hormonas también necesita agua)”.