La salud física depende en gran medida de lo que entra al organismo en forma de comida. No obstante, también es clave lo que se evita. Cabe mencionar que las vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales están más presentes en los productos de origen natural, bien sea vegetal o animal, que en cualquier fármaco industrialmente procesado.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud da la perspectiva al respecto. “Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, indicó la entidad.
Y es que en el caso de estos últimos, uno de los más conocidos es la avena, la cual es una planta rica en fibra, cuya composición es similar a la de la cebada o el trigo.
Según Alquería, “dentro de sus propiedades, la primera para resaltar es la cantidad elevada de fibra soluble. La fibra de la avena se llama B-Glucano y ha sido ampliamente estudiada, pues su consumo está íntimamente relacionado con la disminución del riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, reducir los niveles de colesterol y azúcar en la sangre”.
No es solo eso lo que es capaz de hacer la avena en el cuerpo, sino que además “entre otros beneficios de la fibra soluble de la avena está su capacidad de facilitar el tránsito intestinal, lo que ayuda a evitar o reducir el estreñimiento. Otros componentes beneficiosos son los antioxidantes presentes en la avena como, por ejemplo, la vitamina E (Sterna, 2016). Recordemos que esta vitamina ayuda a mantener nuestro sistema de defensas sano y fuerte, además tiene efectos benéficos para la piel y actúa como antienvejecimiento”, conforme a lo que dice la compañía de lácteos.
Una de sus preparaciones mayormente consumidas es la bebida vegetal que deriva del mencionado cereal. En adición a todas las bondades anteriores, en esta presentación hay otros grandes beneficios como el de ser considerado un poderoso relajante.
Por ende, su uso se recomienda para quienes padezcan de ansiedad, estrés, insomnio o alteraciones nerviosas.
Asimismo, por su alto contenido en dos principios activos estructurantes, la vitamina B y avenina, alcaloide natural de la avena, ayuda a que el sistema nervioso se equilibre. Funciona como desintoxicante, además de colaborar a fortalecer el cabello, las uñas, la piel y otros tejidos.
Por otra parte, existe una alternativa que utiliza a la avena como herramienta para perder peso.
Y es que en relación frente a la reducción de peso, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señala que este es un alimento “óptimo” para lograr este objetivo debido a que permite “una digestión fácil y lenta. Además de esto, sus fibras, como el betaglucano, aumentan la sensación de saciedad, controlan el hambre, disminuyen la absorción de grasas, mejoran el estreñimiento, regulan al intestino y disminuyen la hinchazón abdominal”.
Licuado de avena y banano
Este batido es ideal para perder peso, los expertos recomiendan tomarlo al iniciar el día par aprovechar los nutrientes que este trae.
Preparación:
- Para este licuado se debe mezclar un plátano, ¼ de canela en polvo (opcional), tres cucharadas de avena, leche de almendras o agua y hielo en cubitos.
- Poner todos los ingredientes dentro de la licuadora y licuar por cuatro minutos para que los ingredientes se mezclen perfectamente.