El refrigerador es una de las invenciones más prácticas del hogar moderno, ya que permite mantener nuestros alimentos frescos y seguros por más tiempo. Sin embargo, no todos los hábitos que tenemos al almacenar los alimentos en la nevera son seguros y saludables. Un error común y poco conocido es guardar una lata abierta en el frigorífico.
En este artículo, encontrará los peligros asociados con esta práctica y brindaremos recomendaciones para almacenar alimentos de forma segura.
1. El mito de la lata abierta en la nevera
Es posible que en algún momento haya dejado una lata abierta en el refrigerador para conservar el contenido y utilizarlo más tarde. Este hábito podría parecer inofensivo, pero, de hecho, es potencialmente peligroso. Cuando se abre una lata de alimentos, el metal que la recubre puede desprenderse y entrar en contacto con el contenido. Esto podría provocar una contaminación cruzada y conducir al deterioro del alimento, además de comprometer la seguridad alimentaria.
2. El riesgo de la contaminación y oxidación
Las latas están diseñadas para mantener los alimentos en perfecto estado mientras permanecen selladas. El contenido se mantiene protegido del aire y otros elementos que podrían causar deterioro. Sin embargo, una vez que la lata se abre, este equilibrio se rompe, y los microorganismos presentes en el ambiente pueden contaminar el contenido.
“las latas suelen estar fabricadas con aluminio. Con el tiempo, una pequeña cantidad de metal puede transferirse al alimento y este proceso aumenta cuando entra oxígeno en la lata, algo que ocurre desde el momento que la abres” comparte el portal sabervivirtv.
Además, el contacto con el aire acelera la oxidación de ciertos alimentos, como las conservas de frutas, verduras o salsas, lo que puede alterar su sabor, textura y valor nutricional.
3. El peligro de la toxicidad por el metal
Otro riesgo asociado con guardar una lata abierta en la nevera es la posibilidad de que pequeñas partículas de metal se desprendan del interior de la lata y se mezclen con los alimentos. Si estas partículas son ingeridas, pueden representar un peligro para la salud. El metal de las latas suele estar compuesto de aluminio o acero, y consumirlos en cantidades elevadas puede estar vinculado a problemas neurológicos y renales a largo plazo.
“El principal riesgo de dejar las latas abiertas en la nevera es el de la formación de bacterias y hongos. En este caso, uno de los principales problemas es el botulismo, una enfermedad causada por una toxina que sintetiza la bacteria Clostridium botulinum” comparte el portal epe.
Alternativas seguras para almacenar alimentos
Afortunadamente, existen alternativas seguras y sencillas para conservar los alimentos una vez que hemos abierto una lata. La más común es transferir el contenido a un recipiente de vidrio o plástico con tapa hermética. De esta manera, se mantiene el aislamiento necesario para preservar la frescura y calidad del alimento sin riesgo de contaminación cruzada. Además, al utilizar recipientes transparentes, podemos identificar fácilmente el contenido y evitar confusiones.
“Si prevemos que tardaremos algunos días, lo recomendable es traspasarlo a un recipiente adecuado, como un en un táper o en un frasco de vidrio. Esta operación es mucho mejor si los alimentos se hace con su líquido original, ya que de esta manera la conservación y el sabor serán mejores” comparte elespanol.
Recomendaciones para un almacenamiento seguro
- Transferir a recipientes seguros: Como mencionamos anteriormente, es esencial trasladar el contenido de la lata a un recipiente hermético y seguro después de abrirla.
- Etiquetar y fechar: Al almacenar el alimento en un nuevo envase, etiquételo con el nombre del contenido y la fecha de apertura. Esto ayudará a recordar cuánto tiempo ha estado almacenado.
- Consumir en el tiempo adecuado: Aunque los alimentos transferidos a envases seguros pueden durar más tiempo, es importante seguir las instrucciones del fabricante y consumirlos dentro de un plazo razonable.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.