Sin duda, la capacidad cognitiva y el óptimo desarrollo de las capacidades cerebrales es fundamental para llevar una vida plena. Para fortalecer esta parte del cuerpo es de suma importancia la dieta que se consuma y la cantidad de actividad física que se realice.
Cuidar el cerebro es muy importante, ya que de no ser así pueden presentarse accidentes cerebrovasculares, los cuales pueden acarrear secuelas de gravedad como una parálisis, una discapacidad cognitiva e incluso la muerte.
Cabe recordar que los accidentes cerebrovasculares o ataques al cerebro se presentan cuando se detiene parcial o totalmente el flujo de sangre al cerebro. En este tipo de accidentes, el cerebro no recibe suficiente sangre, derivando que el órgano no tena suficiente oxígeno para su debido funcionamiento.
La falta de oxígeno en el cerebro ocasiona la muerte de celular neuronales tan solo en minutos, generando así un daño considerable e irreparable.
Por esta razón, es de crucial importancia que si ve o se cree que alguien esté sufriendo de un accidente cerebrovascular, se comunique con los organismos de emergencia para que pueda ser atendido de manera oportuna y evitar un daño cerebral crónico y el fallecimiento de paciente.
Entre los síntomas que se manifiestan de inmediato, cuando se va a tener un ataque al cerebro, están el entumecimiento, parálisis o debilidad repentina de la cara, brazo o la pierna, en especial a un solo lado del cuerpo.
También se presenta una repentina dificultad para hablar o para entender lo que otras personas le dicen. Por último, se sienten mareos, pérdida del equilibrio o coordinación, acompañado de un fuerte dolor de cabeza.
Si tiene alguno de estos síntomas, no dude en acudir de inmediato a un centro médico, para que un profesional de la salud le dé su opinión y se empiece a tratar la condición de manera adecuada.
Tipos de accidentes cerebrovasculares
Los ataques al cerebro se clasifican en dos denominaciones, los isquémicos y los hemorrágicos. En el primer caso, se causa por un coágulo de sangre que bloquea o tapa un vaso sanguíneo en el cerebro. Es el tipo más común, un 80% de los ataques cerebrales son de este tipo.
Mientras que los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos se presentan cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe e inunda de sangre y presión al cerebro.
En ambos casos existe una alta probabilidad de que la persona afectada quede con alguna secuela física o cognitiva.
Hábitos que pueden desencadenar un accidente cerebrovascular
Como dice el dicho; “todo lo malo entra por la boca”, y la aparición de los ataques al cerebro se relacionan con malo hábitos alimenticios como dietas altas en colesterol, azúcares y harinas refinadas.
El sedentarismo y el consumo de tabaco se relacionan con este padecimiento, ya que el cigarrillo desgasta las paredes del torrente sanguíneo. La edad también juega un papel fundamental en este asunto, debido a que a más avanzada edad es más probable sufrir de estos problemas de salud.
La avena como aliada para conservar el cerebro
En este orden de ideas, la avena surge como un alimento que se debe consumir para mejorar notablemente el rendimiento del cerebro, la memoria y el desarrollo de aprendizaje.
Así lo respalda un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, en donde se afirma que comer avena en el desayuno estaba asociado con un mejor rendimiento en tareas de memoria y atención en adultos mayores y niños en desarrollo.
Además, la avena tiene otros grandes beneficios para el sistema digestivo, gracias a su alta cantidad de fibra, la cual es de fácil absorción por parte del intestino grueso. Asimismo, la fibra soluble de la avena también puede contribuir a mantener niveles estables de glucosa en sangre.