El mango es de origen asiático, tiene hasta 300 variedades y es considerado el fruto nacional de la India, Pakistán y Filipinas. Hay registros de su consumo desde hace 5.000 años en Asia, después se extendió por Europa y llegó a América en los siglos XV y XVI tras la conquista, continente donde se logró cultivar con éxito hasta la actualidad. Al año se producen 46 millones de mangos, que se consumen en todo el mundo, siendo su principal exportador la India.
Pero, más allá de su delicioso sabor dulce y jugoso en algunos, o cítrico arenoso en otras especies, el mango también tiene múltiples propiedades nutricionales y ayuda a mantener la salud del cuerpo. Hasta sus hojas tienen propiedades medicinales.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura de México, uno de los países cultivadores de mago en Latinoamérica, es un fruto rico en minerales y antioxidantes, además de fibra, calcio, potasio y magnesio, así como ácido fólico.
Por su concentración de fibra, el mango es un alimento ideal para mejorar la digestión, porque ayuda a mantener limpio el tracto digestivo y el colón. Además, contiene enzimas similares a las de la papaya, que descomponen las proteínas y ayudan a digerirlas.
El mago también es fuente de vitaminas A, C y del grupo B, fundamentales para mantener fuerte el sistema nervioso y en óptimas condiciones el metabolismo.
De hecho, como es una gran fuente de vitamina B6 y hierro, el mango contribuye a mejorar el desarrollo cognitivo y la memoria. Así mismo, aporta magnesio, que se relaciona con el buen estado de los nervios, músculos, huesos y dientes, así como con el fortalecimiento del sistema inmune.
Y, así como el banano, posee cantidades de potasio, un mineral que emplea el cuerpo para generar energía y transmitir impulsos nerviosos de movimiento y para la resistencia física.
Por último, según algunas investigaciones, el consumo de mango ayudaría en la prevención del cáncer, debido a que contiene carotenoides, ácido ascórbico, terpenoides y polifenoles: compuestos con propiedades anticancerígenas. Incluso, la mangiferina, un compuesto del mango, podría ser un inhibidor del desarrollo de células cancerígenas en el hígado y colón.