Charan Ranganath, un destacado neurocientífico y autor del libro “Por qué recordamos”, ofrece una perspectiva profunda y esclarecedora sobre el funcionamiento de la memoria, su propósito y las razones detrás de nuestros olvidos inesperados.
A través de su investigación, Ranganath revela seis descubrimientos fascinantes que ayudan a entender mejor este complejo proceso en nuestro organismo.
La fugacidad del recuerdo
La experiencia de recordar es a menudo una “sensación fugaz del pasado”, difícil de describir. Según Ranganath, la memoria no es simplemente un registro de eventos, sino que nuestro cerebro entrelaza el qué, dónde, cuándo y cómo de las experiencias.
Esto permite una reconstrucción más rica y detallada de los eventos pasados. Al evocar un recuerdo, no solo recuperamos la información básica, sino también el contexto completo que lo rodea, lo que le da vida a nuestra memoria.
Recuerdos súbitos
¿Por qué recordamos ciertos eventos de manera repentina? El hipocampo, una parte crucial del cerebro, organiza los recuerdos en función del contexto, facilitando la recuperación de eventos relacionados.
Este sistema permite que, al experimentar algo familiar, se desencadenen recuerdos específicos asociados a ese contexto. Por ejemplo, el aroma de una comida puede traer a la mente recuerdos de una cena especial, o una canción puede evocar imágenes de un evento significativo.
El olvido inesperado
Olvidar algo de repente no necesariamente indica un problema de memoria, sino que puede ser una consecuencia natural de los “límites de eventos”. Cuando nuestro entorno cambia, como al pasar por una puerta, nuestro cerebro redefine el contexto, creando divisiones que pueden hacer que olvidemos lo que estábamos haciendo.
Este fenómeno, conocido como el “efecto de la puerta”, destaca cómo la memoria está profundamente influenciada por cambios en nuestro entorno inmediato.
El papel de las emociones
Nuestras emociones actuales son fundamentales en la formación y recuperación de recuerdos. Ranganath destaca que las emociones presentes actúan como un filtro, influyendo en los recuerdos que evocamos.
Esto explica por qué ciertos recuerdos se vuelven más accesibles cuando estamos en estados emocionales similares a los del momento en que se formaron. Las emociones intensifican los recuerdos, haciéndolos más vívidos y fáciles de recuperar. Algo similar se presenta en la película animada ‘Intensamente’, cuando la protagonista, una joven, se ve enfrentada a sus decisiones impulsivas y los cambios que han surgido en su familia.
Nostalgia y envejecimiento
La nostalgia, una mezcla de felicidad y tristeza, es una influencia poderosa en nuestra memoria episódica. Las personas tienden a recordar más fácilmente las experiencias positivas que las negativas, y este sesgo se intensifica con la edad.
Los ancianos, en particular, muestran una mayor inclinación hacia los recuerdos positivos, lo cual puede estar relacionado con un sesgo de positividad en la memoria. Este fenómeno sugiere que la memoria no solo está orientada a preservar información, sino también a mantener nuestro bienestar emocional.
La música como catalizador de recuerdos
La música tiene un poder especial para evocar recuerdos específicos. Ranganath menciona que incluso en personas con Alzheimer, la música puede desterrar recuerdos del pasado, una experiencia que vivió personalmente con su abuelo.
La música actúa como un potente desencadenante, conectando melodías con momentos significativos de nuestras vidas. Este vínculo entre la música y la memoria se debe a que la música involucra múltiples áreas del cerebro, facilitando la recuperación de recuerdos asociados.