La congelación de alimentos es una práctica común en hogares de todo el mundo, pues permite prolongar la vida útil de los productos y minimizar el desperdicio de alimentos al preservar su frescura. Sin embargo, no todos los alimentos se comportan de la misma manera cuando se someten al frío extremo del congelador.
Algunos alimentos pueden perder calidad, textura o sabor cuando se congelan, mientras que otros pueden volverse peligrosos para la salud si no se manejan adecuadamente. En esta nota, se presentará una lista de alimentos que nunca deberían ser congelados y se explicarán las razones detrás de esta recomendación.
Huevos en cáscara
Los huevos en cáscara nunca deben congelarse en su forma original, ya que la expansión del agua contenida en el huevo puede hacer que la cáscara se rompa y el contenido se derrame. Si se desea conservar huevos a largo plazo, es mejor batirlos y congelarlos en pequeñas porciones o separar las yemas de las claras antes de congelarlas. También es importante anotar la fecha en que se congelaron para un seguimiento adecuado.
Alimentos altos en grasa
Los alimentos con un alto contenido de grasa, como la crema o la mayonesa, no se congelan bien. La congelación puede causar la separación de los componentes de estos productos y dar lugar a una textura indeseable al descongelarlos, así que en lugar de congelar alimentos altos en grasa, es mejor almacenarlos en el refrigerador y utilizarlos dentro de su fecha de vencimiento.
Alimentos con salsas a base de lácteos
Los alimentos con salsas a base de lácteos, como la crema o el queso, pueden congelarse, pero es posible que la salsa se separe al descongelarse, lo que puede afectar la textura y la calidad del plato. Para minimizar este problema, se recomienda recalentar suavemente los alimentos después de la descongelación y mezclar la salsa para restaurar su consistencia.
Alimentos fritos
No se deben guardar alimentos fritos o empanizados en la nevera debido a que su textura y sabor se ven afectados negativamente por la humedad de este ambiente. Los alimentos fritos, como papas fritas o pollo empanizado, tienden a volverse blandos y perder su crujiente característico cuando se refrigeran.
Además, la nevera puede acelerar la absorción de humedad en estos alimentos, lo que puede llevar a que se vuelvan pastosos o menos apetitosos. Para mantener su calidad y sabor óptimos, es recomendable consumir estos alimentos de inmediato o almacenarlos en un lugar fresco y seco fuera de la nevera.
Frutas y verduras con alto contenido de agua
Las frutas y verduras con alto contenido de agua, como el pepino, el tomate y la lechuga, no se congelan bien. Cuando se descongelan, suelen volverse blandas y acuosas debido a la ruptura de las células vegetales. Además, pueden perder gran parte de su sabor y textura, así que en lugar de congelar estas frutas y verduras, es preferible consumirlas frescas o utilizar métodos alternativos de conservación, como el enlatado o el deshidratado.
Fresas, uvas y sandías
No se deben guardar en el congelador las fresas, uvas y sandías debido a que estas frutas tienen una alta concentración de agua en su composición. Al someterlas al frío extremo del congelador, el agua se congela y forma cristales de hielo en su interior, lo que puede dañar la estructura celular de las frutas.
Como resultado, al descongelarlas, estas frutas tienden a perder gran parte de su textura y sabor fresco y jugoso. Para disfrutar al máximo de estas frutas, es preferible mantenerlas en el refrigerador o a temperatura ambiente, según corresponda, y consumirlas dentro de un plazo razonable para mantener su frescura y sabor natural.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.