El reflujo gastroesofágico es una enfermedad digestiva que se produce cuando el ácido estomacal asciende al esófago. Esta enfermedad, también conocida como Erge, causa sensación de irritación en el estómago, agriera y algunas veces tos.
Según Rafael Arias, médico cirujano y especialista en cirugía laparoscópica avanzada, el reflujo “lo pueden presentar la mayoría de las personas ocasionalmente, pero si se vuelve repetitivo ya es patológico”.
Además, es más común en personas que superan los 40 años, “es muy poco frecuente encontrar reflujo en pacientes de 20-30 años. Por lo general, uno los halla por encima de los 30, con un mayor porcentaje entre los 40 y 50 años”, explica la doctora Evelyn Dorado, cirujana experta en cirugía laparoscópica avanzada y bariátrica.
El cirujano Arias comenta que algunas condiciones de los pacientes pueden hacerlos más propensos de padecer reflujo gastroesofágico. “La obesidad es causa frecuente por el aumento de la presión intraabdominal, algunos pacientes con hernia hiatal también tienen mayor posibilidad de tener reflujo, pacientes con algunas patologías reumatológicas pueden tener síntomas porque su esófago puede no moverse adecuadamente y el embarazo también es causa de reflujo”.
Los malos hábitos alimenticios pueden también ocasionar que una persona esté más expuesta a padecer reflujo. La nutricionista dietista Martha Lucía Causil explica que “hay algunos factores de riesgo dietéticos que pueden empeorar los síntomas de reflujo como el incremento en el consumo de grasas, de bebidas carbonatadas (gaseosas), alimentos y bebidas ácidas, bebidas oscuras como el café o el chocolate”.
Causil añade que el consumo de alcohol y tabaco también son factores que pueden facilitar la acidez.
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A estos pacientes, inicialmente el médico les hace recomendaciones como no acostarse inmediatamente después de comer, evitar las comidas abundantes en las noches, preferir comidas fraccionadas, es decir, de 3 a 6 veces al día y levantar la cabecera de la cama. Arias explica que con esas medidas aminoran mucho los síntomas y después se adicionan medicamentos que “disminuyan la producción de ácido del estómago como inhibidores de bomba de protones. Hay medicamentos que ayudan a desocupar más rápido el esófago y el estómago para que el ácido tenga menos tiempo en contacto con la mucosa del esófago”.
Alicia Palacios, paciente de 53 años, asegura que desde hace cinco años padece reflujo. “Me empezó mucho ardor en el estómago, me hicieron tomar una endoscopia y me salió una gastritis crónica y luego de la gastritis crónica me empezó el reflujo, me llegaban los alimentos a la garganta y sentía que me ahogaba”.
Tratamiento interdisciplinario
Es importante llevar un tratamiento interdisciplinario con el gastroenterólogo que realiza el diagnóstico y el tratamiento farmacológico “y debe haber un acompañamiento nutricional en el que se especifique al paciente un plan que no solamente apunte a restringir alimentos, sino también que brinde la oportunidad de que ellos sepan qué alimentos consumir, qué alimentos preferir y si el paciente se encuentra en un estado nutricional inadecuado como sobrepeso u obesidad, llevarlo a un peso saludable como parte del tratamiento integral”, explica la nutricionista Causil.
Los pacientes que llegan a una intervención quirúrgica por reflujo son una minoría y las indicaciones de cirugía las dicta la Asociación Americana de Cirugía Gastrointestinal.
Este procedimiento es realizado por laparoscopia y conlleva una noche de estancia hospitalaria y una semana de incapacidad. La doctora Dorado explica que son los pacientes con complicaciones secundarias al reflujo como “esofagitis (quemadura del esófago), complicaciones secundarias a la esofagitis, es decir, sangrado, úlceras; los pacientes con esófago de Barrett. Este último es un trastorno relacionado con el ardor del estómago crónico y puede llegar a convertirse en cáncer”.
La cirujana Evelyn Dorado explica que cuando a una persona se le va a realizar una cirugía bariátrica es importante preguntarle si tiene reflujo gastroesofágico, “porque si los pacientes tienen reflujo antes de la cirugía, si tienen signos en la endoscopia de que el esófago se está quemando o tiene hernia hiatal, la mejor cirugía para ofrecerles es un bypass gástrico porque no promueve reflujo”. Mientras que en el sleeve o manga gástrica “hay un porcentaje de pacientes que al bajar de peso el reflujo mejora y hay unos a los que les empeora.”
El reflujo y los niños
En el primer año de vida los niños son una población propensa al reflujo, “tenemos un pico a los tres meses y se relaciona también con las conductas que toma el bebé, como los hábitos para sentarse, el esfuerzo que hace con la pared abdominal predispone también a que se devuelva la comida teniendo en cuenta que su alimentación en ese momento es líquida”, explica Rafael Milanés, gastroenterólogo pediátrico.
Algunos síntomas que pueden presentar los niños que padecen reflujo son la presencia de regurgitaciones, irritabilidad, y el desarrollo de síntomas atípicos como disfonía, dolores de garganta y problemas de oídos.
Milanés destaca que durante esta etapa es muy frecuente la sobrealimentación en los bebés, por eso es importante “promover la lactancia materna y controlar el uso excesivo de fórmulas porque eso puede acarrear problemas de alimentación”.