Tener una mala alimentación puede convertirse en un círculo vicioso según lo confirman algunos expertos en nutrición. Por eso, algunos científicos han buscado la respuesta del porqué a veces es difícil cambiar los hábitos alimenticios.
Una investigación publicada en PNAS intenta brindar respuesta del porqué los alimentos procesados son tan adictivos en algunas ocasiones. La autora del estudio, Michiru Hirasawa, de la Universidad Memorial de Terranova (Canadá), es especialista en conocer los mecanismos fundamentales que subyacen a la regulación del peso corporal por parte del cerebro.
Además, el estudio afirma que la abundancia de dietas sabrosas y ricas en grasas en las sociedades modernas ha contribuido al aumento epidémico de la obesidad. “Se cree que esto se debe en parte a la inflamación inducida por HFD en el hipotálamo, una región del cerebro crítica en el equilibrio energético”, anota.
Sin embargo, no queda claro cómo la inflamación, típicamente asociada con la enfermedad, puede causar un aumento de peso excesivo.
“Mostramos que una molécula inflamatoria prostaglandina E2 es inducida en el hipotálamo por las dietas ricas en grasas y activa directamente un grupo de neuronas promotoras del apetito”, resume Hirasawa en el trabajo. El trabajo ha analizado este esquema en un modelo animal.
“El bloqueo de esta activación protege a los ratones de la obesidad y el hígado graso. Esto identifica un vínculo directo entre la inflamación hipotalámica y el aumento de peso, lo que puede servir como un posible objetivo terapéutico para la obesidad y el síndrome metabólico”, apunta la investigadora.
Bajo el punto de vista de la neurobiología se intenta dar respuesta al patrón adaptativo obesogénico (PAO) donde el funcionamiento del sistema nervioso se organizaría tempranamente aumentando la ingesta como principal regulador del estrés.
De hecho, una investigación de la Universidad de Chile afirma que este patrón se debe a la ausencia de una integración entre diversos sistemas que regulan el eje HPA (hipotálamo-pituitaria-adrenal).
“Sería una respuesta maladaptativa establecida tempranamente que liga preferentemente los sistemas de recompensa a la modulación del eje HPA en ausencia de suficiente regulación social y que podría explicar la obesidad temprana infantil”, anota.
En otras palabras, desde la infancia se asocia una dieta rica en grasas, normalmente variada en ultraprocesados, con una respuesta positiva frente a situación de estrés.
Por otro lado, estudios apuntan que los alimentos procesados producen un alto nivel de dopamina, y en respuesta a esto, el cerebro reduce el número de receptores de dopamina para contrarrestar eficazmente su alto nivel. Esta caída en los receptores de dopamina explica la depresión a menudo asociada con la adicción a la comida.
¿Qué busca en el cerebro para frenar la obesidad?
Diversidad de estudios buscan respuestas sobre la adicción de los alimentos procesados desde el punto de vista neurológico. La mayoría anota que la ingesta de alimentos está regulada por mecanismos complejos que involucra a los circuitos del hipotálamo y el rombencéfalo.
Una investigación publicada en Molecular Psychiatry del Centro de Investigación de Ingeniería de Imágenes Moleculares y Neurológicas de la Universidad Xidian y el Laboratorio de Neuroimagen del Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo de Bethesda, analizó los cambios neuronales de las personas con índice de masa muscular alto.
“La obesidad afecta negativamente la función y la estructura del cerebro, especialmente dentro del circuito fronto-mesolímbico”, concluyen los autores.
Asimismo, la investigación revela que: “las personas obesas muestran respuestas neuronales anormales a las señales de los alimentos, el gusto y el olfato, la actividad en estado de reposo y la conectividad funcional, y las tareas cognitivas que incluyen la toma de decisiones, el control inhibitorio, el aprendizaje/memoria y la atención. Además, la obesidad se asocia con una morfometría cortical alterada, un volumen reducido de materia gris-blanca y una integridad deficiente de la materia blanca”.