El café es una bebida que acompaña a las personas del mundo en su diario vivir, ya que se suele compartir con familiares o amigos; también es protagonista en toda clase de reuniones sociales o de negocios.
Sin embargo, sus componentes hacen que la bebida se vuelva adictiva, motivo por el cual los expertos en salud hacen un llamado a ser prudentes a la hora de consumir cafeína, sustancia presente de manera natural en más de 60 plantas; aunque también se produce de manera sintética para adicionar a ciertos medicamentos que se usan para combatir el resfriado y algunos analgésicos, además de las bebidas energéticas.
Se estima que en el organismo se pueden sentir los efectos de la cafeína hasta seis horas después de haber sido digerida, aunque sus efectos pueden desaparecer cuando el cuerpo elimina el agua y la sal a través de la orina, debido a su condición diurética.
No obstante, muchas personas se preguntan si el consumo constante de la cafeína acelera el corazón. De acuerdo con el portal Fundación para el Corazón es normal asociarlo con el acelere del corazón; pero solamente si son altas dosis. No obstante, el mencionado portal indica que la mejor opción es beber entre dos a tres tazas de café al día.
Otro de los principales síntomas en esta condición son las náuseas, somnolencia, problemas para concentrarse en sus tareas cotidianas, irritabilidad y dolores de cabeza.
También quienes padecen trastornos por ansiedad o sufren de reflujo gastroesofágico, migrañas y presión arterial alta. Es poco recomendable además que consuman cafeína aquellas personas que toman con frecuencia estimulantes, antibióticos, medicamentos para el corazón o para el asma.
Antioxidantes y absorción del hierro
El consumo de café luego de comer podría afectar negativamente en la absorción de nutrientes importantes como el hierro.
Los taninos, polifenoles se encuentran en el café, pueden reducir la biodisponibilidad de hierro, ya que forma complejos insolubles que no pueden ser absorbidos por el cuerpo.
Sin embargo, esto no quiere decir que se debe eliminar el consumo de café, solamente se debe espaciar el café y las comidas, consumir la bebida puede ser después de una o dos horas de las comidas principales y de esta manera no interfiere con la absorción de hierro.
Según la Clínica Mayo, “el café sigue teniendo riesgos potenciales, sobre todo por su alto contenido de cafeína. Por ejemplo, puede aumentar temporalmente la presión arterial. Las mujeres que están embarazadas intentan quedar embarazadas o están amamantando deben tener cuidado con la cafeína”.
El consumo de cafeína estimula la secreción de saliva y de los jugos gástricos, esto favorece la digestión gracias a esa estimulación gástrica. Sin embargo, quienes tienen afecciones digestivas deben tener una ingesta de café controlada, ya que la cafeína puede irritar la mucosa digestiva.
Como sustancia química, la cafeína aumenta la producción de orina, es decir, es un diurético, por ello, tomar altas dosis de cafeína de golpe puede aumentar la cantidad de orina que produce el organismo, más aún cuando no se está acostumbrado a su consumo.
Por ello, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos ha establecido un límite diario de cafeína total de 400 miligramos al día para los adultos y en niños se debe evitar las bebidas con cafeína.
“Las dosis muy elevadas de cafeína, superiores a 10 miligramos por kilo al día, están relacionadas con afecciones graves. Si una persona pesa 165 libras, una dosis muy alta es de unos 750 miligramos de cafeína al día”, Según la editora especialista en la guía de nutrición y alimentación saludable de la Clínica Mayo, Katherine Zeratsky.