Su olor, sabor y textura han llevado a que el ajo se convierta en algo más que un condimento. Esta planta tiene además de propiedades curativas, enormes beneficios para la salud.
El basto conocimiento de las abuelas ha potenciado ante la sociedad sus propiedades curativas, tanto así que es considerado un ‘espantaenfermedades’ cargado de propiedades mágicas.
Y es que en muchas partes del mundo se ha utilizado además para espantar espantos, vampiros y hasta para dar fin a la mala suerte y al mal de ojo.
Sus usos se remontan a la antigua Grecia, en donde Hipócrates, padre de la medicina moderna, lo utilizaba para tratar distintas enfermedades.
Gracias a su consumo diario se mejora la digestión, se aprovechan mejor los nutrientes de los alimentos, y hasta optimiza las funciones del hígado y del páncreas.
Aunque también se conoce que los monjes medievales masticaban dientes de ajo para protegerse de la peste y durante las dos grandes guerras mundiales del siglo XX, ante la escasez de antibióticos, se utilizó para evitar que las heridas de guerra se infectaran.
Muy nutritivo
El ajo contiene pocas calorías y es muy nutritivo. Tan solo 28 gramos contienen 42 calorías, además de vitamina C, vitamina B6 y manganeso.
Consumir un diente de ajo debería ser una tarea diaria, pero para la Fundación Española del Corazón (FEC) lo recomendable es incluirlo en la dieta no solo para reducir el colesterol malo y proteger el corazón, sino como un remedio que puede ser depurativo, antiséptico y hasta antibacteriano.
“Es bajo en calorías, rico en polifenoles y otras sustancias antioxidantes”, mencionó Miguel Ángel Martínez Olmos, miembro del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Excelentes beneficios
El ajo es bueno para el hígado. Gracias a él se eliminan parásitos, se depuran toxinas y se liberan metales pesados como el mercurio o restos de medicamentos que el hígado no puede procesar.
El ajo es rico en vitaminas A, B y C, las cuales son necesarias para estimular las funciones hepáticas.
Además desinflama, razón por la cual es considerado como algo muy saludable el ingerir uno diario, en caso de sufrir de hígado graso.
Otro de sus múltiples beneficios es que ayuda a combatir los resfriados y sobre todo las afecciones pulmonares.
Por ello si usted padece un resfriado, el ajo le podría ayudar a descongestionar, convirtiéndose así en un antibiótico natural ideal para tratar problemas pulmonares.
En caso de padecer de sinusitis o tener mucha tos, lo más recomendable es preparase algún jarabe a base de ajo.
No más colesterol
La alicina es una sustancia que contiene el ajo, el cual se encarga de cuidar el sistema cardiovascular. Según lo indica la Fundación Española del Corazón, el consumir a diario un diente de ajo puede llevarlo a reducir el colesterol malo en un 9%.
La idea es tomar el ajo como un medicamento. Tomarlo a diario cada mañana, le ayudará a notar los beneficios, como por ejemplo una mejor digestión, ya que este alimento estimula los ácidos gástricos, llevando a que la comida se digiera y se absorba de una manera más rápida y adecuada.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una dosis diaria de 2 a 5 gramos de ajo fresco, es decir aproximadamente un diente de ajo; de 0,4 a 1,2 gramos de ajo en polvo seco; de 2 a 5 miligramos de aceite de ajo; de 300 a 1.000 miligramos de extracto de ajo.
Recuerde que, además de todo lo anterior, se le atribuyen propiedades contra los parásitos intestinales y las infecciones urinarias. En síntesis, el mejor medicamento natural.