Cuando se habla de frutas, sin duda la mandarina es una de las cítricas más apetecidas. Además de refrescar, aporta múltiples beneficios: es una gran fuente de fibra, baja en calorías y es rica en vitamina C y en potasio.
Es tan favorable para el organismo que los especialistas de la salud recomiendan consumirla entre dos y cuatro veces al día, esto en el entendido de que una dieta balanceada debe contar con la ingesta de al menos cinco frutas cada 24 horas.
Incluso en los casos en que las personas sean intolerantes o sufran de diabetes, se ha sugerido comer una mandarina diaria, esto con el objetivo de poder disfrutar de sus múltiples vitaminas y minerales, así como de su elevado contenido de agua.
Ahora bien, la costumbre con este alimento es tomarlo con las manos, quitarle la cáscara y las fibras molestas, botarlas y, por último, separar cada uno de sus frutos para consumirlos. Incluso existen quienes solo se toman el líquido cítrico en el interior de los frutos y botan la capa que lo protege.
Sin embargo, se ha comprobado que toda la mandarina aporta grandes beneficios para el organismo, hasta la cáscara. En este último caso, algunas de las razones para no botarla son:
- Contiene propiedades expectorantes, las cuales ayudan a eliminar las flemas contenidas en el sistema respiratorio cuando, por ejemplo, se sufre de tos o asma.
- Favorece la eliminación de puntos negros, espinillas y células muertas gracias a sus facultades para la exfoliación de la piel. Incluso sirve como tratamiento para eliminar las manchas.
- Contribuye a disminuir los niveles de colesterol y los triglicéridos, por lo que también promueve el correcto funcionamiento hepático y es eficaz para eliminar el riesgo de cáncer de colon.
- A nivel general, también ayuda a prevenir otros cánceres. De acuerdo a los científicos de la Escuela Farmacéutica de Leicester, la cáscara tiene un componente llamado Salvestrol Q40, el cual puede destruir células cancerosas.
- Aceleran el metabolismo y protegen de problemas estomacales como los gases y la acidez, ayudando a mejorar la digestión y a aliviar los mareos.
Todos estos beneficios pueden ser obtenidos del consumo de la cáscara de mandarina, pero ¿cómo hacerlo? Evidentemente, no es recomendado masticarla ni tragarla, en este caso, la mejor forma para aprovechar todos sus nutrientes y otros aportes es por medio de una infusión.
De este modo, primero se debe poner agua en una olla y ubicarla al fuego hasta que hierva. Una vez se alcance esta temperatura, se incluyen las cáscaras de la mandarina para que sus nutrientes penetren en el líquido.
Beneficios del agua de mandarina
Es importante mencionar que esta bebida es conocida por su poder de evitar la aparición de la enfermedad de cáncer, de regular el colesterol y disminuir la ingesta de calorías, pues, además, da la sensación de saciedad. A lo anterior se suma que este líquido ‘mágico’ mejora la salud gastrointestinal y sería el ‘impulso’ perfecto para desintoxicar el cuerpo.
De acuerdo con la información publicada en el portal digital ‘Comité de cítricos Chile’, estas frutas representan una excelente fuente de antioxidantes, los que pueden evitar la aparición de enfermedades, al igual que el envejecimiento prematuro. Es quizás esa la razón de peso por la que el consejo ‘más sonado’ es comer una mandarina al menos una vez al día.
La mandarina al natural o en jugo, sin lugar a dudas, aporta un sinnúmero de beneficios para la salud, lo que hace que sea la favorita de millones de personas, quienes, a diario, la tienen en cuenta en su plan de alimentación.
En relación con su consumo y algunas versiones en las que se comenta sobre la seguridad para la salud y para el organismo, algunos expertos han asegurado que la mandarina es una fruta factible de consumir en cualquier momento, aún más en ayunas.