Más del 25% de la población adulta sufre de hígado graso no alcohólico (EHGNA), además de ser la principal causa de enfermedad hepática crónica (y también de cirrosis y cáncer de hígado en los países desarrollados).
Esta enfermedad no presenta síntomas, de ahí que cuando se detecta ya está en las fases 1 o 2, y aunque generalmente no reviste complicaciones, en algunos casos evoluciona hacia fibrosis -que incluso requiere de trasplante de hígado- y cáncer.
El tratamiento se basa en una dieta saludable y en perder peso. Se trata de una enfermedad metabólica como consecuencia del estilo de vida actual, dominada por el sedentarismo y una dieta inadecuada.
Algunos de los factores que predisponen el desarrollo de este problema, son el consumo de alcohol con una gran relevancia, dado que el 90% de los bebedores habituales tiene grasa en el hígado y el 30% cirrosis.
Sin embargo, muchas personas ni saben que tienen hígado graso ni piensan que cualquier cantidad de alcohol, por poca que parezca tiene consecuencias.
Incluso los médicos insisten en que no hay dosis mínima de consumo de alcohol segura. Un trabajo recientemente publicado en JAMA establece el límite de consumo de alcohol que se pueden permitir las personas con esteatosis hepática.
Los autores - gastroenterólogos, hepátologos y epidemiólogos de diferentes hospitales de Estados Unidos, Canadá, China y Chile- insisten en que las personas con hígado graso avanzado no deben beber, no obstante algunas no renuncian a beber.
Tras los datos obtenidos en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos (entre los años 1988 a 1994, y después hasta 2019), seleccionaron cerca de 3.000 personas con esteatosis hepática diagnosticada mediante ecografía; encontrando que en un tercio de ellas, la enfermedad estaba avanzada y la fibrosis era importante.
Asimismo, los autores descubrieron que con una ingesta diaria de 7,4 gramos de alcohol, el riesgo de mortalidad aumentaba. Por tanto, “el nivel recomendado de consumo de alcohol fue inferior a 7,4 g/dl para personas con hígado graso con menor riesgo de fibrosis avanzada, lo que equivale a un tercio de cerveza (355 mililitros) o medio vaso de vino.
Esta cifra coincide con investigaciones anteriores que indican un mayor riesgo de progresión de la fibrosis entre los bebedores moderados. Advierten además que, 7,4 g/d corresponden a la mitad de una bebida estándar en Estados Unidos y tres cuartos de una bebida tradicional europea. Esto demuestra que los consumos aceptables de alcohol están en niveles realmente bajos.