El bicarbonato de sodio es un producto versátil que se encuentra comúnmente en los hogares y se utiliza en diversas aplicaciones, incluida la higiene bucal. Algunas personas recurren a este polvo blanco para limpiar sus dientes, ya sea como un método alternativo a la pasta de dientes tradicional o como un remedio casero para blanquear los dientes.
Según la Asociación Dental Americana (ADA), el bicarbonato de sodio puede ofrecer algunos beneficios cuando se utiliza de manera adecuada y con moderación. En primer lugar, se ha observado que el bicarbonato de sodio posee propiedades abrasivas suaves, lo que puede ayudar a eliminar las manchas superficiales de los dientes. Además, su naturaleza alcalina puede contribuir a neutralizar los ácidos en la boca, reduciendo así el riesgo de daño al esmalte dental.
La doctora Ada Cooper, portavoz de la ADA, sugiere que el bicarbonato de sodio se puede utilizar como un complemento ocasional a la pasta dental regular para ayudar a mantener una sonrisa saludable. Sin embargo, enfatiza la importancia de no excederse en su uso y de asegurarse de utilizarlo de manera segura. Un cepillado excesivamente vigoroso o frecuente con bicarbonato de sodio puede ser contraproducente y dañar el esmalte dental, especialmente si ya está debilitado o erosionado.
La ADA también destaca que el bicarbonato de sodio no reemplaza la necesidad de una buena higiene bucal en general, que incluye el cepillado adecuado, el uso del hilo dental y las visitas regulares al dentista. Estas prácticas son fundamentales para mantener una salud bucal óptima y prevenir problemas como la caries dental y la enfermedad de las encías.
Además, es importante tener en cuenta que no todas las personas pueden beneficiarse del uso del bicarbonato de sodio en la higiene bucal. Aquellos con dientes sensibles o que padecen afecciones bucales específicas pueden experimentar molestias o empeoramiento de los síntomas al utilizar bicarbonato de sodio. Por lo tanto, es esencial consultar a un dentista para evaluar la idoneidad de este enfoque en casos individuales.
El bicarbonato de sodio también puede tener efectos indeseados en las encías. Según la Academia Americana de Periodoncia (AAP), el uso excesivo de bicarbonato de sodio puede irritar las encías y provocar inflamación. Esta irritación puede empeorar si se utiliza con demasiada frecuencia o se aplica con fuerza al cepillarse los dientes.
Cepillado adecuado de dientes
La Asociación Dental Americana (ADA) recomienda cepillarse los dientes mínimos dos veces al día, durante al menos dos minutos cada vez. Además, la ADA aconseja utilizar una pasta dental con flúor y un cepillo de dientes de cerdas suaves.
El proceso de cepillado debe seguir una técnica específica. La ADA recomienda colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados contra las encías y realizar movimientos suaves y circulares para limpiar tanto los dientes como las encías. Es importante cepillar todas las superficies de los dientes, incluyendo las caras externas, internas y las superficies de masticación. No se debe olvidar cepillar la lengua para eliminar las bacterias y refrescar el aliento.
Además, la ADA destaca la importancia de usar hilo dental y enjuague bucal como complementos del cepillado. El uso del hilo dental ayuda a eliminar la placa bacteriana y los restos de alimentos que el cepillo no puede alcanzar. Por otro lado, el enjuague bucal puede ayudar a controlar la proliferación de bacterias y a refrescar el aliento.
La ADA también hincapié en la necesidad de reemplazar el cepillo de dientes cada tres a cuatro meses o antes si las cerdas están desgastadas. Un cepillo desgastado no puede limpiar eficientemente y puede dañar las encías, ya que sus cerdas se vuelven disparejas.