Las várices son protuberancias que pueden desarrollarse cuando las pequeñas válvulas de las venas se debilitan. Esos conductos suelen impedir que la sangre se devuelva de su proceso normal en las venas y, por eso, cuando están dañadas, la sangre puede acumularse, generando venas retorcidas e inflamadas que se vuelven muy visibles y pueden doler.
Además, pueden tener un aspecto de color azul oscuro o púrpura que sobresalen de la piel.
Algunos síntomas de padecer de esa condición es la sensación de ardor o punzadas en las piernas, incomodidad que hace que las piernas se sientan pesadas o adoloridas, calambres musculares que pueden ser más frecuentes en la noche, hinchazón de pies y tobillos y piel seca que parece más delgada sobre las venas afectadas.
Sin embargo, hay algunas prácticas que pueden mejorar estas condiciones en caso de tenerlas o prevenir las venas várices.
¿Cuáles son los ejercicios para reducir las várices?
El ejercicio de manera regular ayuda a que haya una mejor circulación sanguínea en las piernas, mantener una rutina, contribuirá a impulsar la sangre que se ha acumulado en las venas. Además, esto servirá a bajar la presión arterial de las personas, lo cual es otro factor que contribuye a la formación de venas varicosas.
Las prácticas no deberán ser de alto impacto, porque de manera sutil también ayuda a que los músculos de la pantorrilla funcionen. Algunos de los ejercicios recomendados son: la natación, caminar, ciclismo y yoga.
De otro lado, las medias de compresión pueden ayudar a aplicar presión en las piernas para que los músculos y las venas puedan mover la sangre hacia el corazón. Además, son fáciles de conseguir en algún supermercado o farmacias.
De otro lado, un estudio de 2018 reveló que las personas que usaron ese tipo de medias que van hasta la rodilla, con una presión de 18 a 21 mmHg durante una semana, reportaron una reducción significativa del dolor generado por las várices.