El consumo frecuente de dietas con alta carga ácida favorece el desarrollo de acidosis metabólica de bajo grado, vinculada con alteraciones como disminución en la densidad mineral ósea y osteoporosis debido a que se activan los osteoclastos.
También puede afectar los riñones, incrementa la evacuación de calcio y la reabsorción de citrato en los túbulos renales, por ello es mucho más probable que se puedan producir cálculos renales, aumentar la secreción de amonio, lo que a futuro podría provocar una enfermedad renal crónica, según especialistas del Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas, CDMX, Mexico
Por otro lado, el consumo de alimentos ácidos de manera constante puede llegar a la persona a sufrir de hipercortisolismo, lo que hace que las personas sean más insensibles a la insulina y además puede desarrollar el hígado graso no alcohólico e incluso algunos tipos de diabetes.
Si bien esto no quiere decir que no se pueden consumir alimentos ácidos, debe regularse la cantidad que se ingiere para que no sean peligrosos para el organismo.
¿Cuáles son las frutas ácidas y semiácidas?
Para determinar si un alimento es ácido o su cantidad de acidez, se mide por el potencial del elemento hidrógeno incluido en la matriz alimenticia, lo que se conoce con la sigla pH. La escala inicia en 0 y va hasta 14, siendo el pH ácido todo aquel que esté por debajo de 7 y el alcalino el que es mayor a ese número.
Según la Revista Mexicana de Pediatría, las frutas ácidas y los jugos derivados de las mismas son de los alimentos más ácidos que se pueden consumir, ya que el valor de su pH es inferior a 4,5 y el pH que se considera ideal para el estómago humano está entre 3,5 y 4.
Los cítricos son se pueden reconocer por su olor, color y porque contienen ácidos orgánicos, como el cítrico, el málico, quínico y el láctico, que son determinante en su sabor. Para determinar si una fruta es semiácida se debe saber que estas tiene un pH entre 4,6 y 7 porque tienen una menor concentración de ácido cítrico.
Las frutas semiácidas son ideales para quienes padecen gastritis, reflujo, entre otros problemas gástricos porque son mejor toleradas por el organismo y no causan irritaciones graves, algunos ejemplos de ellas son:
- Manzana verde.
- Carambolo.
- Uvas pasas.
- Guayaba.
- Caqui o palosanto.
Por otra parte, las frutas ácidas no son tan recomendables para quienes padecen condiciones que irriten el estómago, por lo que debe restringirse su consumo para evitar molestias, ejemplos de estos alimentos, según el portal Mejor con Salud, son:
- Cítricos: limón, lima, naranja, pomelo, mandarina, limones, lima, toronja.
- Frutos rojos: la frambuesa, la mora, la fresa y la grosella.
- Otros: piña, uva, tamarindo, tomate, granada, ciruela.
¿Qué pasa si se comen frutas ácidas frecuentemente?
- Pueden generar dolor: Si una persona padece enfermedades como gastritis aguda, el consumo de frutas ácidas puede producir fuertes dolores estomacales cuando se presenta inflamación en el estómago. Este tipo de alimentos también causar aumento en el reflujo y otras condiciones molestas en este tipo de pacientes.
- Podrían dificultar la deglución: Los alimentos ácidos pueden generar acidez excesiva que llegue hasta la laringe, lo que puede irritar de gravedad otras zonas del tracto digestivo, incluyendo al esófago. Cuando esta condición se agrava puede generar dificultad para tragar y náuseas. En casos muy graves las personas pueden tener dificultades con su alimentación e incluso perder peso debido a esta situación, por ello, el mencionado portal indicó que en casos de náuseas y dificultad para comer es necesario acudir rápidamente con un profesional de la salud.