El trastorno afectivo estacional (TAE), está relacionado con una forma de depresión mayor que se intensifica en algunas poblaciones del mundo cuando llega la temporada de otoño y en los meses de invierno.
La doctora Laura Maffei, médica endocrinóloga especialista en estrés y directora de Maffei Centro Médico, explicó a Infobae que “el trastorno afectivo estacional es una alteración en el ánimo que puede llegar a una depresión, inclusive una depresión importante, que afecta una etapa del año, cuando empieza el otoño y transcurre a lo largo de todo el invierno. Se caracteriza porque cambia el estado de ánimo de la persona, que está más triste, irritable, se siente desesperanzada, se queja y tiene pensamientos negativos”.
Asimismo, la experta señala que la persona afectada no puede disfrutar, “mientras que en el verano puede hacerlo, durante el invierno, no. Le falta energía, está cansada, puede tener un cambio en el ritmo del sueño y una mayor tendencia a comer hidratos de carbono, comidas más calóricas. Otros pueden tener dificultades para concentrarse”.
Estas son las causas
Algunas investigaciones advierten que las personas con TAE pueden tener un desequilibrio en la producción de serotonina (que afecta al estado de ánimo) o de melatonina (una hormona que regula el sueño) y falta de vitamina D.
Recientemente, el doctor Diego Golombek, investigador superior del Conicet en la Universidad de San Andrés y en la Universidad Nacional de Quilmes, explicó a Infobae cómo la alteración de los ritmos circadianos provoca una serie de consecuencias que no solo afectan la salud física sino también la mental.
En las personas con este tipo de trastorno, los cambios en la serotonina y la melatonina alteran los ritmos diarios normales. Por tal razón, no se adaptan a los cambios estacionales relacionados con la duración del día, alterando el sueño, el estado de ánimo y también su comportamiento.
Además, irritabilidad o cambios de humor, problemas para llevarse bien con los demás, fatiga y exceso de sueño, sumados a cambios en el apetito, que conlleva a la ingesta de ricos en carbohidratos.
A lo anterior hay que agregar un aumento de peso.
No obstante, a comienzos de la primavera, los síntomas pueden incluir, depresión, problemas para dormir, ansiedad y pérdida de peso.
Una forma de establecer si se tiene este trastorno, es revisar si se presentan estados depresivos constantes en épocas como el invierno o el otoño.
Por su parte, el doctor Claudio Fullerton, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes de Chile, señaló: “Debe darse año a año. Incluso, las personas saben que se van a sentir mal”, y agregó que el cuadro es grave, con sintomatología intensa: “No son las variaciones simples que se puede tener a veces en cuanto al estado anímico cuando hay algún día con menos luz”.
“Si estos síntomas están interfiriendo con la vida, entonces es necesario acudir a un especialista, principalmente debido a los riesgos que pudiera conllevar. Una depresión puede afectar profundamente lo familiar, laboral, afectivo o social, pero además puede alterar el autocuidado y, en casos severos, llevar incluso a la persona a hacerse daño a sí misma, incluyendo intentos de suicidio. Por lo tanto, es importante siempre tener un cuidado en estos casos”.
Tratamiento
Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos hay cuatro categorías que pueden utilizarse solas o combinadas.
Entre ellas se cuentan medicamentos antidepresivos, fototerapia (terapia con luz), psicoterapia y la vitamina D
Actualmente, “este trastorno afectivo estacional se trata con el uso de medicamentos antidepresivos”, explicó el doctor Fullerton.
De igual forma, se utiliza la fototerapia, que es el uso de luz brillante a través de lámparas específicas para este trastorno. “Se indica tratar de pasar más tiempo a la luz y también tratamiento con terapias lumínicas en las cuales la persona se sienta unos 45 minutos delante de un panel de luz que está colocado sobre una mesa”, indicó la doctora Maffei.
Cabe anotar que la luz de este dispositivo es aproximadamente 20 veces más brillante que la luz interior normal y filtra la luz ultravioleta potencialmente dañina, lo que hace que sea un tratamiento seguro para la mayoría de las personas, afirmó el instituto.
Entre tanto, la terapia cognitivo-conductual es un tipo de psicoterapia destinada a ayudar a las personas a aprender a desafiar y cambiar pensamientos y comportamientos negativos para mejorar sus sentimientos de depresión y ansiedad. Este tipo de terapia se ha adaptado para personas con trastorno afectivo estacional, aclaró el instituto.
Recomendaciones
Entre las recomendaciones están reforzar algunos hábitos saludables, evitar las pantallas por la noche, dar paseos al aire libre, exponerse a la luz natural o tener un buen entorno social, esto puede ser de gran ayuda para evitar el TAE.