Y es que los expertos ya lo habían dicho: a pesar de que se levantara el estado de alarma, el coronavirus no desaparecería de la tierra por completo, sobre todo porque este tipo de virus lleva entre entre la población cientos de años a pesar de que su conocimiento entre la mayoría de las personas date de 2020, tras haber afrontado la última pandemia.
Algunas modificaciones son más relevantes que otras, pero lo cierto es que actualmente se está dando paso a cepas que pueden tener una mayor capacidad de propagación, más resistencia a los tratamientos existentes hasta el momento, o sintomatología más fuerte.
La rápida extensión de la nueva cepa del virus de la Covid-19 por distintos países del mundo ha causado suma preocupación, sobre todo después que la Organización Mundial de la Salud, OMS, la designara como una “variante de interés”.
Los casos de EG.5, más conocida como Eris, han despuntado en países como EEUU, Reino Unido o Corea, y más recientemente en España.
Según la OMS, durante el último mes aproximadamente el 44% de los países ha notificado un aumento de casos, que se habían encontrado en disminución desde mediados de 2022.
Una variante de interés
Tras la llegada de la nueva variante, han surgido toda una nueva serie de dudas,, siendo uno de la primeras el ¿por que es Eris una variante de interés?.
La denominación “variante de interés” es parte de un sistema de clasificación para asignar niveles de prioridad al seguimiento de cada cepa, según sus efectos en la salud pública y social.
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) define que las variantes del virus SARS-CoV-2 se clasifican en:
- Variantes bajo monitoreo (VUM).
- Variantes preocupantes (VOC), cuando su impacto podría ser significativo para el país.
- Variantes de interés (VOI), aquella cuya probabilidad de crear grandes impactos es menor, pero que requiere de seguimiento.
La cepa Eris fue recientemente añadida como variante de interés debido a su rápida expansión, ya que en un periodo de un mes el aumento de casos a nivel global ha sido del 80%, según lo ha informado la OMS. Anteriormente de esta cepa solo se tenía conocimiento de la evolución del virus.
Esta variante es descendiente de la cepa Ómicron, una de las más peligrosas, la cual ha sido clasificada como variante de preocupación y cuyo impacto llegó a ser bastante significativo.
Las vacunas actuales
La OMS confirmó que esta nueva variante es más prevalente y puede evadir la inmunidad, pero que no causa síntomas graves como las variantes anteriormente detectadas.
Esto significaría que los anticuerpos adquiridos tras haber tenido el virus anteriormente o por la vacunación no serían tan efectivos contra la cepa Eris.
El ADN de la nueva variante esquiva los mecanismos de defensa que el cuerpo tenía hasta ese momento. A esta respuesta inmune se le llama escape inmunológico o vacunal.
A pesar de ellos, los anticuerpos generados por las vacunas que actualmente existen no son totalmente inútiles ante la nueva cepa EG.5, pero sí son menos efectivos.
La mascarilla
Si la situación de expansión de la nueva variante sigue siendo controlada, las medidas de seguridad preventivas serán las mismas que se aplicaban contra las anteriores variantes de Covid-19.
En caso de una nueva alarma, se impondría de nuevo la obligatoriedad del uso de la mascarilla, que por ahora solo es recomendado para situaciones específicas, como por ejemplo si se encuentra contagiado de Covid-19.
Llevar la mascarilla es una de precauciones sencillas que puede adoptar para evitar el aumento de los contagios, al igual que el distanciamiento físico, lavarse frecuentemente las manos o cubrirse la boca y nariz con el codo o un pañuelo al llegar a toser y estornudar.