La glucosa es un azúcar simple y fundamental para el funcionamiento adecuado del organismo humano. Es una fuente vital de energía que alimenta las células y permite que los procesos metabólicos esenciales ocurran.

Se trata de un tipo de carbohidrato, también conocido como azúcar simple o monosacárido. Es el principal combustible energético para las células y es esencial para el funcionamiento de diversos sistemas en el cuerpo humano.

La principal función de la glucosa es proporcionar energía a las células. Cuando se ingieren carbohidratos en la dieta, el cuerpo descompone estos en glucosa, que luego se libera en el torrente sanguíneo. Las células utilizan esta glucosa como fuente de energía para realizar actividades de contracción muscular, funcionamiento cerebral y la regulación de las funciones orgánicas.

Y es que además de ser una fuente inmediata de energía, la glucosa también es esencial para mantener el equilibrio metabólico. El cuerpo regula cuidadosamente los niveles de glucosa en la sangre para garantizar que permanezcan dentro de un rango normal y saludable.

Los niveles de glucosa en la sangre varían a lo largo del día, pero generalmente se mantienen dentro de un rango estrecho. En ayunas, los niveles de glucosa normalmente deben estar entre 70 y 100 mg/dL (miligramos por decilitro). Después de comer, los niveles de glucosa pueden aumentar temporalmente, pero deben regresar a los rangos normales dentro de unas pocas horas.

Uno de los ingredientes naturales que forma parte de la alimentación humana es el azúcar o también conocido como glucosa. | Foto: Getty Images

Para ayudar en el control de estos niveles, la alimentación es un factor clave, especialmente a través de frutas. Algunas de ellas tienen un índice glucémico más bajo, lo que significa que liberan glucosa en la sangre de manera más gradual, lo que puede ser beneficioso para mantener estos niveles bajo control. Algunas de las más recomendadas incluyen:

  • Manzanas: contienen fibra y antioxidantes que pueden ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre.
  • Peras: al igual que las manzanas, las peras tienen un índice glucémico bajo y proporcionan fibra dietética.
  • Cerezas: son ricas en antioxidantes y pueden tener un efecto beneficioso en la regulación de la glucosa.
El consumo de manzanan, especialmente en ayunas, ayuda a reducir los niveles de glucosa. | Foto: Getty Images
  • Fresas: son bajas en carbohidratos y tienen un índice glucémico moderado.
  • Cítricos: frutas como naranjas, pomelos y mandarinas son ricas en fibra y vitamina C, y su efecto en los niveles de glucosa es en general favorable.

Respecto al momento del día en el que es más beneficioso consumir estas frutas, si bien no hay un momento exacto, la mayor ía de expertos recomiendan la mañana y en ayunas, pues así se previenen picos bruscos en los niveles de glucosa. Las frutas bajas en carbohidratos y ricas en fibra, como las bayas y las manzanas, podrían ser buenas opciones.

Comer una porción de fruta entre las comidas principales puede ser beneficioso para mantener niveles de glucosa más estables durante el día. Esto puede ayudar a prevenir el hambre excesiva y los antojos de alimentos poco saludables.

Asimismo, consumir una pequeña cantidad de fruta antes de hacer ejercicio puede proporcionar energía rápida y evitar que los niveles de glucosa caigan demasiado bajo durante el ejercicio.

En contraposición a estas prácticas, también hay alimentos poco recomendables para los niveles de glucosa. Bebidas azucaradas, dulces, pasteles, galletas y otros productos endulzados con azúcar refinado pueden provocar aumentos bruscos. De igual manera, alimentos hechos con harina blanca refinada, como pan blanco, pasteles, galletas y otros productos de repostería, pueden generar incrementos inesperados por su alto contenido de carbohidratos.

Algunos porductos de repostería pueden aumentar la glucosa.

Las grasas saturadas pueden dificultar la acción de la insulina, lo que podría afectar el control de la glucosa. Alimentos como carnes grasas, fritos y productos lácteos enteros deben ser consumidos con moderación.

Es importante recordar que, aunque estos alimentos no sean recomendables para mantener niveles de glucosa saludables, la clave está en el equilibrio y la moderación. Las personas con diabetes o que necesitan controlar sus niveles de glucosa deben trabajar en conjunto con profesionales de la salud, como médicos y dietistas, para desarrollar un plan de alimentación que se adapte a sus necesidades individuales.