Debido a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, el jengibre, reduce la formación de placas en los vasos sanguíneos, así ayudando a tener una mejor circulación de la sangre con el fin de prevenir enfermedades cardiovasculares.
Una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo son las enfermedades cardiovasculares que se desarrollan por la inflamación y estrés oxidativo causado por los radicales libres.
Por lo que, este jengibre es una buena opción terapéutica para uso clínico gracias a sus propiedades farmacológicas y sus componentes bioactivos, de acuerdo con un estudio publicado por la National Library of Medicine.
Gracias a las pruebas realizadas en laboratorios, el jengibre suprime la actividad de moléculas oxidativas causantes de variedad de enfermedades cardiovasculares, y los antioxidantes que poseen ayudan a disminuir el exceso de radicales libres, impidiendo la oxidación de las células de grasa y ayudando en el control de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
4 formas de usar el jengibre
- Jengibre fresco: esta raíz milenaria se puede utilizar fresca o en polvo, en infusiones, ensaladas, sopas, guisos y variedad de preparaciones.
- Té de jengibre: una bebida sencilla de preparar con solo 2 a 3 cm de jengibre fresco rallado, en agua hirviendo tapar y dejar reposar durante 5 minutos, se debe colar y beber hasta 3 tazas al día.
- Jengibre en cápsulas: un gramo de jengibre al día tiene efectos positivos para la salud, se recomienda leer la etiqueta del suplemento para saber cuántos gramos de jengibre aporta y las instrucciones. También es importante consultar a un médico o profesional de salud especializado.
- Aceite esencial de jengibre: diluyendo de 3 a 5 gotas en 1 cucharada de aceite vegetal, de oliva, de coco o de almendras y aplicarlo en la piel con un masaje, para aliviar dolores musculares o reumáticos.