Reducir el consumo de sal es importante para el cuerpo humano. Esto se debe a que el consumo de sodio, mayor a 5 gramos de sal al día y la absorción insuficiente de potasio (menos de 3.5 al día), contribuyen a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidentes cerebrovasculares. La sal es la principal fuente de sodio en la alimentación, pero también puede aportar el glutamato de sodio, un condimento utilizado en muchas partes del mundo.
La mayoría de las personas consumen entre 9 a 12 gramos de sal al día, lo que equivale a dos veces la cantidad recomendada por los expertos. Es por eso que a nivel mundial, los estados miembros de la OMS han acordado reducir en un 30% el consumo de sal en la población desde la presente fecha hasta el 2025. La producción creciente de alimentos elaborados es cada vez más numerosa, la rápida urbanización y la evolución de las formas de vida se están modificando, por lo que los hábitos alimenticios cambian.
Los alimentos muy elaborados son más corrientes y asequibles. Es por eso que en las poblaciones del mundo entero se consumen alimentos ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal. Modificar los hábitos alimenticios hace que las personas consuman menos frutas, verduras y fibras, que son los elementos importantes en una alimentación sana. Las frutas y verduras contienen potasio, las cuáles ayudan a bajar la tensión arterial.
Hay algunos alimentos que son particularmente muy ricos en sal y algunos de ellos son los platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salame. También podemos encontrar mucha sal en los quesos, tentempiés salados, fideos instantáneos, entre otros. Estos alimentos suelen consumirse en grandes cantidades y se le agregan algunos otros como el pan y los productos de cereales elaborados. La sal se ha añadido a los alimentos durante la cocción, en forma de caldo o cubos de caldos.
Algunos fabricantes reformulan sus recetas con el fin de reducir el contenido de sal en sus productos. Los consumidores deberían estar obligados a cumplir la tarea de leer las etiquetas para elegir el producto que esté en muy bajo contenido en sodio. Por eso, hay algunas recomendaciones que se deben tener en cuenta en el consumo de la sal. Estas ayudarán a cumplir con el objetivo de tener cuidado a la hora de adquirir estos productos.
- En los adultos, la OMS recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día. Esto equivale a un poco menos de una cucharada de té.
- En niños, la OMS recomienda ajustar a la baja, para los niños de 2 a 15 años, la ingesta máxima recomendada para los adultos en función de las necesidades energéticas en relación con las de los adultos. Esta recomendación no comprende el periodo de lactancia natural exclusiva (de 0 a 6 meses), ni el de alimentación complementaria de la lactancia natural (de 6 a 24 meses).
Toda la sal que se consume debe ser yodada, es decir enriquecida, con yodo, la cual se ha vuelto esencial para un desarrollo sano del cerebro del feto y del niño pequeño, así como para optimizar las funciones mentales en general. Sobre la sal hay varias nociones, como también del sodio y el potasio.
El sodio es el nutriente esencial y necesario para mantener el volumen plasmático, el equilibrio acidobásico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células. Un exceso de sodio trae consecuencias graves para la salud, pero como tal, para la hipertensión arterial. El sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos como la leche, la carne y los crustáceos. Además, están presentes en cantidades grandes en los alimentos elaborados como el pan, los productos cárnicos elaborados y los tentempiés.
Por su parte, el potasio es un nutriente esencial para el mantenimiento del volumen total de líquido en el organismo, el equilibrio acidobásico y electrolítico, así como en el funcionamiento normal de las células. Este se encuentra en alimentos diversos no elaborados, especialmente en frutas y verduras. Ingerir potasio hace disminuir la tensión arterial sistólica y diastólica en los adultos
¿Cómo reducir el consumo de sal desde el hogar?
- No agregando sal durante la preparación de los alimentos;
- No poniendo saleros en la mesa;
- Limitando el consumo de tentempiés salados;
- Escogiendo productos hiposódicos.
- Integrar la reducción de la sal en los programas de formación de los manipuladores de alimentos.
- Retirar los saleros y los recipientes para salsa de soja de las mesas de los restaurantes; colocar etiquetas en los productos o los estantes que indiquen claramente que ciertos productos tienen un alto contenido en sodio;
- Facilitar un asesoramiento dietético específico a las personas que acuden a los centros de salud.
- Abogar por que las personas limiten el consumo de alimentos muy salados y por que reduzcan la cantidad de sal que utilizan para cocinar.
- Educar a los niños y crear un entorno propicio para que adopten tempranamente una dieta hiposódica.