La insuficiencia renal se produce cuando la enfermedad renal se da de manera crónica y alcanza un estado avanzado. Esto lo que quiere decir es que se da una pérdida gradual de la función renal. Durante la enfermedad renal en su etapa terminal, los riñones no trabajan al mismo nivel que el cuerpo les demanda. Es importante recordar que estos son los encargados de filtrar los desechos y el exceso de líquidos que hay en la sangre, los cuales se excretan en la orina.
Cuando los riñones pierden la capacidad de filtrar, pueden acumular niveles importantes de líquido, electrolitos y desechos en el cuerpo. En esos momentos de etapa terminal, lo que se necesita hacer es realizarse diálisis o un trasplante de riñón para mantenerse con vida. No obstante, se pueden optar por algunos cuidados médicos muy conservadores para controlar los síntomas con el objetivo de lograr una mejor calidad de vida durante el resto del tiempo.
¿Cuáles son los síntomas?
La enfermedad renal crónica, en un principio, no se presentarán signos, ni síntomas. De acuerdo a como esta vaya avanzado a su etapa terminal, los signos y síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, cambio en la cantidad de orina, dolor de pecho de pecho si se acumula líquido en el revestimiento del corazón, falta de aire si se acumula líquido en los pulmones, hinchazón en los pies, presión arterial alta, dolores de cabeza, dificultad para dormir, disminución de la agudeza mental, sacudidas y calambres musculares, picazón constante.
Los síntomas no son específicos. Esto lo que significa es que también pueden ser causados por otras enfermedades. Eso se debe a que los riñones pueden compensar la pérdida de función, los signos y síntomas podrían aparecer recién después de que se produzca el daño irreversible.
¿Cuándo es bueno buscar una atención médica?
Aquí lo que se recomienda es buscar una cita con el proveedor de salud médica en caso de que presentes algunos de los síntomas de enfermedad renal. Apenas se presente una posible afección médica que ponga en aumento el riesgo de padecer una enfermedad renal, se deberá ir al médico. Ellos tendrán que controlar la función mediante el análisis de sangre, de orina y de la presión arterial. Todo esto se dará durante varias visitas al consultorio.
¿Cuáles son las causas?
Una enfermedad renal se da cuando se afecta o se daña la función renal. Es en ese momento cuando se causa un daño a los riñones y estos empeoran con el paso de los meses o años. En algunas personas, un daño renal puede ser avanzado. Incluso así este haya desaparecido de la afección subyacente. Dentro de las enfermedades donde se puede provocar una enfermedad renal, se incluyen:
- Diabetes tipo 1 o tipo 2
- Presión arterial alta
- Glomerulonefritis, una inflamación de las unidades de filtración de los riñones (glomérulos)
- Nefritis intersticial, una inflamación de los túbulos del riñón y las estructuras circundantes
- Enfermedad renal poliquística u otras enfermedades renales hereditarias
- Obstrucción prolongada de las vías urinarias, derivada de afecciones como el agrandamiento de próstata, cálculos renales y algunos tipos de cáncer
- Reflujo vesicoureteral, una afección que hace que la orina regrese a los riñones
- Infección renal recurrente, también denominada pielonefritis
Algunos factores de riesgo
Se han podido precisar algunos factores que aumentan el riesgo de padecer una enfermedad renal crónica. Estas avanzan rápidamente hasta su etapa terminal y entre ellos se encuentran:
- Diabetes con poco control del nivel de glucosa en la sangre
- Enfermedad renal que afecta los glomérulos, las estructuras de los riñones que filtran los desechos de la sangre
- Enfermedad renal poliquística
- Presión arterial alta
- Consumo de tabaco
- Ascendencia negra, hispana, asiática, de las islas del Pacífico o india americana
- Antecedentes familiares de insuficiencia renal
- Edad avanzada
- Uso frecuente de medicamentos que podrían ser perjudiciales para el riñón
Dentro de las complicaciones terribles de los daños renales es que si estas suceden, no se pueden revertir. Dentro de las posibles complicaciones que hay es que pueden afectar a casi cualquier parte del cuerpo. Además, entre otras complicaciones se encuentran las de:
- Retención de líquidos, que podría provocar hinchazón en los brazos y las piernas, presión arterial alta o líquido en los pulmones (edema pulmonar)
- Un aumento repentino en los niveles de potasio en la sangre (hiperpotasemia), que podría afectar la capacidad del corazón para funcionar y podría poner en riesgo la vida
- Enfermedades cardíacas
- Debilidad de los huesos y mayor riesgo de fracturas
- Anemia
- Disminución del deseo sexual, disfunción eréctil o reducción de la fertilidad
- Daño al sistema nervioso central, que puede ocasionar dificultad para concentrarse, cambios en la personalidad o convulsiones
- Menor respuesta inmunitaria, lo que te hace más propenso a contraer infecciones
- Pericarditis, que es la inflamación de la membrana sacular que envuelve el corazón (pericardio)
- Complicaciones del embarazo que implican riesgos para la madre y el feto en desarrollo
- Desnutrición
- Daño irreversible a los riñones (enfermedad renal en etapa terminal), que tarde o temprano requiere diálisis o un trasplante de riñón para sobrevivir
¿Cómo se puede prevenir?
En caso de que se esté padeciendo de una enfermedad renal, esta se podrá retrasar en su proceso. Esto se daría con elecciones saludables en el estilo de vida. Dentro de las recomendaciones está alcanzar y mantener un peso saludable, realizar actividad física, limitar el consumo de proteína y llevar una alimentación equilibrada de alimentos nutritivos. Además, se debe controlar la presión arterial, tomar medicamentos según las indicaciones, controlar niveles de colesterol todos los años.
Además hay otros factores como controlar el nivel de glucosa sanguínea, evitar fumar o consumir productos de tabaco y realizarse chequeos médicos periódicos.