La manzana, una fruta que despierta la discordia, pero es una de las preferidas en todo el mundo, es un alimento ampliamente popular en todo el mundo, y no faltan razones para ello. Es una fruta fácil de consumir y siempre disponible en el mercado durante la temporada. Además, es innegablemente saludable.

Como reza el antiguo adagio anglosajón: “an apple a day keeps the doctor away” (que se traduce como “una manzana al día mantiene al médico alejado”). Esta afirmación tiene mucho de verdad, ya que todas sus variedades aportan una amplia gama de nutrientes esenciales para el organismo, como antioxidantes, vitaminas y fibra. Esto, a su vez, repercute positivamente en la salud.

El consumo de manzana puede traer grandes beneficios para la salud. | Foto: Getty Images

Una fuente de nutrientes beneficiosos

Las manzanas son ricas en quercetina, un tipo de flavonoide con efectos antioxidantes y antiinflamatorios. También son una fuente significativa de vitamina C, un antioxidante que beneficia, entre otras cosas, la salud de la piel.

Además, esta fruta aporta niveles considerables de fibra, en particular pectina, una fibra soluble vinculada a diversos beneficios para la salud, desde combatir el estreñimiento hasta ayudar a reducir el colesterol LDL y regular los niveles en sangre.

También contienen cantidades menores de vitamina K, potasio y vitamina A. Para aprovechar al máximo estos nutrientes, es recomendable consumir la manzana entera, con piel.

Para darte una idea, una manzana con piel contiene un 332% más de vitamina K, un 142% más de vitamina A, un 115% más de vitamina C, un 20% más de calcio y hasta un 19% más de potasio que una manzana pelada.

Puede contribuir a la pérdida de peso

Si buscas un alimento que te ayude a perder peso, la manzana es una excelente opción. Por un lado, es rica en agua y baja en calorías, por lo que puedes incorporarla a tu dieta sin preocupaciones.

La manzana ayuda con la pérdida de peso de forma sana. | Foto: Getty Images

Además, es una fuente destacada de fibra, especialmente si la consumes con piel. La fibra ayuda a mantener la sensación de saciedad, lo que te hará sentir menos hambre y, en última instancia, consumir menos calorías.

Asimismo, la fibra promueve bacterias intestinales saludables, lo que puede tener un impacto en la forma en que tu cuerpo metaboliza y utiliza la energía.

Puede contribuir a una flora intestinal saludable

Las manzanas contienen pectina, una fibra que no se digiere en el estómago, sino que llega directamente al intestino. Se cree que en el colon, este compuesto nutre a las bacterias beneficiosas y reduce el crecimiento de las perjudiciales.

Puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes

Incluso consumir dos tercios de una manzana de tamaño medio al día puede brindar cierta protección contra el riesgo de diabetes tipo 2, según evidencia científica.

Un estudio que siguió a 38,000 mujeres durante 9 años encontró una relación inversa entre el consumo de manzanas y el riesgo de diabetes tipo 2. Aquellas que consumían una o más manzanas al día tenían un 28% menos de riesgo de desarrollar esta enfermedad en comparación con las que no las consumían.

Este efecto podría atribuirse, al menos en parte, al efecto antioxidante de los flavonoides presentes en las manzanas, que parecen proteger las células del páncreas, el órgano encargado de secretar insulina en respuesta a los aumentos en los niveles de azúcar en sangre.

Los beneficios que trae para el organismo consumir esta fruta son asombrosos | Foto: Libre de derechos

Puede contribuir a la salud del corazón

Las manzanas también pueden ser un aliado en el cuidado de la salud cardiovascular. Los flavonoides que contienen parecen ayudar a reducir la presión arterial y el colesterol LDL (“colesterol malo”), al tiempo que ofrecen antioxidantes que protegen el corazón y los vasos sanguíneos de los radicales libres.

Una revisión de estudios encontró mejoras en los parámetros cardiovasculares, incluida la disminución de los triglicéridos y el colesterol LDL, con la ingesta de manzanas enteras.

Además, un estudio que siguió a cerca de 75,000 pacientes durante 10 años encontró un menor riesgo de accidente cerebrovascular en el grupo que consumía más manzanas en comparación con el grupo que consumía menos.

Sin embargo, es importante señalar que otras investigaciones enfocadas en el efecto de las manzanas en el colesterol han obtenido resultados mixtos o no han encontrado evidencia de mejoras significativas en estos parámetros.