El cartílago articular es un tejido de características elásticas, sin nervios, vasos sanguíneos o linfáticos. Este se encuentra localizado en las articulaciones, pero su grosor suele variar dependiendo de las diferentes localizaciones. Este se encuentra recubriendo la superficie de la articulación, donde se juntan los dos huesos para moverse. Este se encarga de reducir la fricción, transfiere y distribuye las cargas mecánicas en distintas posiciones articulares y ofrece una superficie articular lubricada.

Esta permite que los huesos se deslicen y giran unos sobre otros sin que se desgasten. El cartílago tiene una nula capacidad de curación o regeneración por sí mismo. De esta manera, el desgaste del mismo puede provocar a mediano y largo plazo una artrosis o un deterioro funcional. Estas lesiones no tratadas pueden provocar un dolor articular invalidante, incapacidad para realizar actividades y artrosis.

Los cartílagos de la rodillas son tejidos firmes y flexibles que protegen los extremos de los huesos en las diferentes articulaciones. | Foto: Getty Images

Al tratarse de un tejido sin nervios, las lesiones iniciales son asintomáticas. El dolor se comienza a notar cuando la lesión condral afecta a las capas más profundas del cartílago, las que están en un contacto con el hueso. Por otro lado, la reparación del cartílago articular es un proceso difícil por la baja intensidad celular y la incapacidad de los condrocitos (células específicas del cartílago) para migrar hacia el defecto y reparar los defectos tisulares importantes.

El tamaño de la lesión condral o del cartílago incluye directamente en la reparación. Las lesiones con 1 milímetro de diámetro curan con facilidad, mientras que aquellas mayores de 3 milímetros de diámetro son más complicadas. El tamaño de la lesión en los meniscos o ligamentos y la edad del paciente, son los factores que marcarán una evolución adecuada. Además de eso, también influye el tiempo que se tarda la lesión condral, pues cuanto más tiempo pasa, más va evolucionando y empeorando la lesión.

Con la artrosis, el cartílago dentro de una articulación empieza a deteriorarse, afectando también la salud de los huesos. | Foto: Copyright Dazeley

¿El cartílago se regenera?

No. El cartílago no se regenera, esto se debe a que en esa zona hay pocas células, solamente el 3-10% de su volumen está ocupado por condrocitos (células específicas del cartílago). Los condrocitos carecen de capacidad para migrar lo que dificulta la capacidad que tiene el cartílago de auto recuperarse. No obstante, las lesiones que llegan hasta el hueso subcondral, se pueden reparar de manera espontánea.

Lesiones de cartílago más frecuentes

Aproximadamente el 6% de los adultos tienen una afección degenerativa del cartílago de la rodilla. Porcentaje que aumenta al 70% en personas de 65 años. Además, el 23% de las lesiones agudas y en el 54% de las crónicas del ligamento cruzado anterior, se han encontrado lesiones del cartílago. En los pacientes menores de 40 años, el 5% tenía lesiones graves del cartílago articular. La lesión del cartílago articular más frecuente es la condropatía de rótula o condromalacia rotuliana, y el cóndilo femoral interno.

El dolor de rodilla puede ser causado por afecciones en el cartílago o por sobrepeso. | Foto: Getty Images

¿Qué se debe hacer para tratar el desgaste del cartílago?

Las lesiones del cartílago derivan a largo plazo, en artrosis, con la siguiente destrucción total de articulación y en la necesidad de instalar una prótesis como única opción. En personas de edad avanzada, las prótesis son una alternativa válida y permiten reprender gran parte de la actividad física previa. En los adultos jóvenes se están aplicando técnicas novedosas y basadas en la biología, esto con la intención de evitar una evolución a artrosis.

Los métodos reparadores (perforaciones y microfracturas) ayudan a la formación de un nuevo tejido fibrocartilaginoso, facilitando el acceso tanto de los vasos y de las células osteoprogenitoras desde la médula ósea subcondral. Los métodos reconstructivos buscan rellenar el defecto con tejido autólogo (propio) o aloinjertos (donantes), son las conocidas mosaicoplastias. Recientemente se ha comenzado a practicar una solución esperanzadora, el trasplante de cartílago, el injerto o trasplante osteocondral.

Por último, los métodos regenerativos que aprovechan técnicas de bioingeniería para desarrollar un tejido de cartílago hialino y los últimos avances en células madre.