El lavado de caballo es vital para que crezca sano y fuerte, sin embargo, la frecuencia de esta limpieza puede afectar la salud capilar si no se realiza en el tiempo recomendado.
La frecuencia del lavado depende de algunos factores, pero cada persona puede determinarlo, ya que el cabello “pide” esta limpieza cada cierto tiempo. Por ello, es de vital importancia que cada persona conozca su fibra capilar y sus necesidades.
Según expertos, el cabello debe ser lavado 5 o 6 días a la semana, según el tipo de cabello, lo importante es quitar los mitos sobre esta limpieza, ya que muchos afirman que contribuye a la caída del cabello, pero no es así.
A pesar de ello, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, afirma que el lavado excesivo puede contribuir a la resequedad del cabello y ruptura del mismo.
Sin embargo, Aurora Garre, Medical Marketing Manager de ISDIN explica que “lavarse el pelo diariamente no debe suponer un problema si se usan los productos adecuados. Todo depende de las particularidades de cada tipo de cabello. En general se suele indicar que un cabello muy graso debe de lavarse con mayor frecuencia que un cabello seco”.
La importancia de la lavada constante del cabello es que la grasa, el polvo y otras partículas que se acumulan en el cuero cabelludo pueden interferir en la salud capilar.
Por esta razón, Garre afirma que las preocupaciones relacionadas con la limpieza excesiva son infundadas, ya que, una mayor frecuencia en el lavado es “beneficiosa y preferible que una menor frecuencia en el lavado, con lo que se refuerza la desmitificación sobre la limpieza excesiva”.
Hay que tener en cuenta que la frecuencia de lavado está determinada por la salud capilar. No se recomienda un lavado tan frecuente en personas con cabellos muy quebradizos o dañados, en cuyo caso, se recomienda que se lave el cabello dos o tres veces por semana.
Cabello sucio
Cuando el cabello no se lava con frecuencia se produce una mayor sequedad y pérdida de luminosidad del mismo ya que las cutículas se abren.
El polvo y otras partículas que contaminan el cabello pueden alterarlo provocando incluso la caída y ruptura del mismo. Además, en el caso de condiciones como psoriasis o dermatitis seborreica se produce un exceso de grasa en el cuero cabelludo y la situación se agrava si no hay una correcta higiene capilar, explica Garre.
Además, la suciedad sobre el cabello produce una disminución del brillo y del movimiento. La importancia del lavado radica en que al aplicar champú y agua los detergentes movilizan la suciedad y la grasa acumulada para que se eliminen del cuero cabelludo y del pelo, explica la dermatóloga.
Sumado a ello, los agentes hidratantes y reparadores del champú ayudan a restablecer la salud del pelo luego de las agresiones que sufre en el día, como por ejemplo el viento, la humedad, el sol o la polución.
Otros ingredientes de estos productos previenen el encrespamiento, los enredos y la descamación de la cutícula capilar.
Algunos otros se adaptan a la necesidad de cada cabello, por ejemplo, para eliminar el exceso de grasa de forma profunda, eliminar las células descamadas o aportar una alta nutrición, entre otras opciones.
Por otra parte, no es suficiente con lavarse el cabello con la frecuencia indicada, es necesario seguir un método adecuado. “Es un procedimiento tan básico en nuestra rutina de cuidados que, por lo general, no solemos plantearnos si lo hacemos bien o mal”, explica Garre, algunos consejos para evitar maltratar el cabello son:
- Desenredar el pelo cuando esté mojado, ya que es más frágil cuando está seco.
- Lavar el pelo con agua tibia, no muy caliente porque puede debilitar o irritar el cuero cabelludo, además de estimular las glándulas sebáceas.
- Empezar a aplicar el champú en la raíz del cabello, es decir, en la raíz y enfocándose en la zona posterior y la zona retroauricular.