El consumo de agua para las personas es recomendable por los especialistas en salud. Sin embargo, como todo en la vida, beber este líquido en cantidades excesivas puede ser perjudicial para la salud.

La cantidad recomendable para una persona adulta de consumo de agua es al menos 3 litros de este líquido al día. ¿Pero se ha preguntado qué podría pasar si se excede este límite?

Es importante resaltar que en nuestro cuerpo hay algunos elementos como el potasio, el sodio y el magnesio (los cuales ayudan al funcionamiento del corazón), pero si se consume demasiada agua puede que no existan suficientes cantidades de estos componentes en el organismo.

El tope de consumo de agua al día para un ser humano es tres litros de agua. | Foto: Libre de derechos

En ese sentido, uno de los efectos que produce consumir agua en exceso es que se acostumbre el cuerpo a este ritmo, haciendo que se sienta sed cuando en realidad no se necesita consumir este líquido.

Además, la sobrehidratación también podría generar algunos malestares en el cuerpo humano, según informó el portal WebMD: “Beber demasiada agua puede hacer que desciendan los niveles de sodio en sangre, lo que puede provocar dolores de cabeza y náuseas”.

Otra de las consecuencias que podría tener es que afecta la calidad de sueño de las personas, ya que hace que se levanten muchas más veces a orinar. Según el portal Medical News Today, las personas normalmente van al baño a orinar entre 6 a 7 veces al día, por lo que si se va muchas más veces podría ser un signo de sobrehidratación.

Según la Clínica Mayo, los músculos podrían verse afectados también por el consumo excesivo de agua, ya que haría que estos se debiliten, tengas espasmos o calambres.

Y, finalmente, los expertos han dicho que la desorientación podría ser también un signo de la sobrehidratación, ya que esto sería causado por la baja de electrolitos que da debido a beber más agua de lo necesario.

El consumo de agua debe ser mayor si se realizan actividades de mucho esfuerzo. | Foto: Guido Mieth

Las consecuencias de no tomar agua por una semana

El consumo de agua, con moderación, podría aportar para el buen estado del cuerpo humano, además de la prevención de algunas enfermedades.

No obstante, hay algunas personas que dejan de consumirla por algún tiempo prolongado, una práctica que, según los expertos, podría llegar hasta poner en riesgo la vida.

Lo primero que podría llegar a ocurrir es que se tenga deshidratación, es decir que no se recibe el suficiente líquido para reemplazar el que se pierde (por medio del sudor o la orina). Al pasar esto, el cuerpo experimentará cambios significativos en el equilibrio hídrico, que es crucial para el buen funcionamiento de las células, tejidos y órganos. La falta de agua afecta la capacidad del cuerpo para regular la temperatura, transportar nutrientes y eliminar toxinas a través de la orina y el sudor.

No consumir agua podría traer problemas en los riñones. | Foto: PKS Media Inc.

Además, el agua es esencial para el buen funcionamiento de los riñones, los cuales hacen las veces de filtros en el cuerpo humano. Al no tener una hidratación adecuada, estos órganos no pueden eliminar eficientemente los desechos y toxinas a través de la orina. Esto puede llevar a la formación de cálculos, infecciones urinarias y otros problemas renales más graves.

La deshidratación también puede afectar el sistema digestivo, teniendo en cuenta que el agua es necesaria para mantener una adecuada lubricación y funcionamiento del tracto gastrointestinal. Sin suficiente agua, es más probable experimentar estreñimiento y dificultades en la eliminación de desechos a través de los intestinos. Además, la falta de hidratación puede disminuir la producción de enzimas digestivas, lo que dificulta la digestión adecuada de los alimentos que a su vez se volverían mucho más difíciles de consumir.

La piel es el órgano más grande del cuerpo y también se ve seriamente afectada por la deshidratación, por lo que la falta de agua puede hacer que luzca seca, opaca y sin vida. Además, la deshidratación prolongada puede contribuir a problemas dermatológicos como la sequedad excesiva, la descamación y el agrietamiento de la piel. Recuerde que los tejidos también pueden sufrir daños y ser menos elásticos, lo que podría contribuir al envejecimiento prematuro.