La diabetes afecta a casi el 10 % de la población mundial y se espera que, si no se controlan los hábitos que elevan su riesgo, estas cifras puedan aumentar un 50 % en el año 2045, por lo que los altos niveles de azúcar en la sangre son considerados una amenaza para la salud de toda la población.

Son muchos los factores que pueden provocar un alto nivel de glucosa en la sangre, lo cual se conoce como hiperglucemia y que puede encender alarmas, sobre todo en las personas con diabetes.

La diabetes es la quinta causa de muerte en personas entre los 30 y 70 años en Colombia. | Foto: Ukrinform / Future Publishing

Entre los casos más comunes están los excesos alimenticios, la falta de actividad física, deshidratación, determinados medicamentos, la omisión de dosis o dosis insuficientes de medicamentos que disminuyen el nivel de glucosa en la sangre, estrés y emociones fuertes, entre otros.

El aumento de glucosa en los niveles de sangre puede ser repentina y generar síntomas como sudores fríos, aumento de la sed, convulsiones, letargos, náuseas, aumento de las ganas de orinar y debilidad generalizada.

Si tiene problemas con el control del azúcar en la sangre, deberá verificar sus niveles de manera rutinaria. Esto le ayudará a conocer cómo responder a las diferentes actividades y a evitar que sus niveles suban o bajen demasiado.

Ante un episodio de hiperglucemia, sea propio o de alguien a quien se está asistiendo, lo mejor es guardar la calma y no asustarse. Lo primordial es que la persona reciba hidratación inmediatamente. Si se presentan vómitos, es recomendable tomar líquido por sorbos.

El ejercicio incrementa la sensibilidad a la insulina y le ayuda a tus músculos a obtener los azúcares de la sangre. Esto puede ocasionar la reducción de los niveles de azúcar en la sangre. | Foto: 123RF/ El País

Lo siguiente es monitorear los niveles de glucosa con el equipo adecuado y si es necesario aplicar la medicación de rescate recomendada previamente por el médico tratante, si se trata de una persona con diabetes diagnosticada. Hay que tener cuidado con no suministrar de más, ya que los niveles podrían bajar rápidamente y ocasionar un colapso.

Si, por el contrario, la persona se encuentra eufórica, la actividad física ayuda a disminuir los niveles de glucemia. Sin embargo, si el nivel de glucosa se encuentra por encima de 240 mg/dl, es necesario controlar la orina para detectar cetonas. Si estas son detectadas, se debe evitar el ejercicio, ya que el nivel de glucosa en la sangre puede aumentar aún más.

Existen alimentos que se recomiendan para controlar mejor el azúcar, pero en cualquier caso, lo recomendable siempre es consultar con un médico cuál es la alimentación más adecuada y correcta para cada caso. Sobre todo si existe alguna patología relacionada con el azúcar, como la diabetes. Al margen de los alimentos influyen también las cantidades y las proporciones.

Cuidado con los jugos

La fruta en jugos puede resultar más cómoda de tomar y, aunque este sea natural y no tenga azúcares añadidos, la mejor opción es siempre la fruta entera. La velocidad de entrada del jugo es mayor, lo que aumenta los niveles de insulina. A ello se une que hay que evitar las bebidas azucaradas y el uso de edulcorantes.

Verificar sus azúcares y mantener un diario de consumo le ayudará a ajustar los alimentos y medicamentos para disminuir sus niveles de azúcar. | Foto: Getty Images

Además, se recomienda evitar los alimentos procesados, pues son ricos en azúcares añadidos, de manera que puede resultar contraproducente tomarlos cuando se tiene un nivel alto de azúcar.

Es por ello por lo que se han de evitar los aperitivos o los alimentos que tengan un alto índice glucémico, como las papitas fritas, las golosinas e incluso, el pan.

Ojo, buscar bajar el azúcar no significa consumir más sal

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no excederse de los 5 gramos de sal diarios, un poco menos de una cucharada de té. Este ingrediente es importante para diversas funciones vitales como la transmisión del impulso nervioso, por ejemplo. Su déficit está relacionado con varias complicaciones, siendo las más comunes aquellas que afectan a la tiroides.