La palabra cáncer está teñida de miedo y dolor. Y con razón, la evidencia científica es abundante y sustenta el dato de que una de cada tres personas lo vamos a padecer a lo largo de la vida.
Esta enfermedad que causa temor con tan solo pronunciarla en algunas personas, puede evitarse con un estilo de vida saludable, los cuales son factores externos que se pueden controlar
Según una entrevista realizada por el portal web Alimente+ a Emilia Gómez Pardo, doctora en Biología Molecular, es necesario tomar conciencia de cómo mejorar los hábitos para lograr una vida de salud y longevidad.
De hecho, con los avances científicos más punteros en la investigación, Gómez Pardo pone negro sobre blanco los riesgos que suponen acciones equivocadas y ofrece soluciones sencillas, alejadas de la ola de modas y falsas creencias a la que estamos expuestos hoy en día. Así lo confirmó durante el espacio exclusivo con Alimente +.
Cabe destacar que en la población general existe mucha confusión sobre qué factor tiene más peso a la hora de desarrollar un cáncer.
Frente a esto, Gómez Pardo afirmó que el aspecto hereditario es el menor componente, porque solamente entre un 5 y un 10% de los cánceres son hereditarios. “El cáncer es una enfermedad muy compleja y al final es el resultado de las características individuales, no solo la genética, sino también la edad y el sexo, las dos son factores de riesgo. Además de las características individuales, el estilo de vida es lo que más pesa a la hora de desarrollar un cáncer”, recalcó.
Por otro lado, sobre el mayor mito que existe en torno al cáncer, la especialista afirmó que hay muchas personas que consideran que es una enfermedad contra la cual no se puede luchar, “que es como una maldición que les toca y que no hay ninguna manera de protegerse frente al cáncer”, relató.
Precisamente, una vida saludable y una alimentación sana son claves. La expresión oncosaludable cada día es más escuchada en el sector salud, por ello, la doctora afirmó que es muy fácil de decir, sin embargo no están sencillo de llevar a cabo.
De hecho, Gómez Pardo anotó que en primer lugar se debe evitar dos comportamientos de riesgo como el tabaquismo, principal factor de riesgo de cáncer, y el consumo de alcohol. Luego hay que apostar por dos hábitos de vida saludables: la alimentación saludable, porque la alimentación tiene mucho que decir en uno de cada tres cánceres, y la vida activa. Y, por supuesto, el factor de riesgo hoy por hoy ya considerado enfermedad, que es la consecuencia directa de cuando estos hábitos no son saludables: el sobrepeso.
Una alimentación saludable
La alimentación oncosaludable no contiene alcohol, ni alimentos ultraprocesados, ni bebidas azucaradas, ni carne procesada y muy poca carne roja.
“Una vez que cumplimos con esta premisa de evitar todo lo que hace daño, para llevar una alimentación oncosaludable hay que añadir muchos productos del mundo vegetal. La alimentación oncosaludable se define como mayoritariamente vegetal, que no significa exclusivamente. Y cuando decimos esto nos referimos a muchas frutas, muchas verduras, legumbres, cereales integrales, semillas, hierbas… Todo lo que procede del mundo vegetal”, explicó.
Relación entre la carne y el cáncer
Gómez Pardo resaltó que hay que conocer la diferencia entre la carne roja y la carne procesada, pues normalmente se categorizan por igual, sin embargo cada una tiene su factor diferencial.
“Cuando nos focalizamos en carne procesada, el consumo debe ser cero, porque está directamente relacionado con varios tipos de cáncer y sobre todo con el colorrectal. Cuando hablamos de carne no procesada, hay que distinguir entre carne blanca y carne roja. Respecto a la carne blanca, hoy por hoy cuando se cumple con la recomendación de que la alimentación es mayoritariamente vegetal, la carne blanca encaja perfectamente en un patrón oncosaludable, no tanto porque suponga beneficios sino porque consumir carne blanca implica consumir menos carne roja”, explicó.
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Por otro lado, con la carne roja, la ciencia está avanzando cada vez más hacia una recomendación de mínimos. Hoy por hoy, la recomendación es más o menos 200 gramos de carne roja a la semana.
Sobre el refrán de que una ‘copita de vino hacen bien para la salud’, la especialista afirma que es falso. “No hay ninguna cantidad buena del alcohol. Para muchas enfermedades y patologías cardiovasculares tiene un efecto nocivo. Pero es que además imagínate que hubiese alguna condición que pareciese que tiene un efecto positivo, pero es que no somos solo corazón, tenemos un estómago, un páncreas, un esófago, una tráquea… Aunque fuera solo bueno para el corazón, que no lo es, nunca se puede recomendar algo que es bueno para una cosa y malo para 200″, argumentó.