La sal ha sido un mineral muy preciado por la humanidad durante milenios enteros, pues no solamente empezó a cumplir una función culinaria para exaltar los sabores de diferentes comidas, sino que también era un gran aliado a la hora de conservar los alimentos y cumplir otras funciones específicas más allá de la cocina.

Se dice que en algunas civilizaciones la sal era más preciada que el oro y con ella se le pagaba a los trabajadores, de allí la palabra “salario”.

Hoy en día la sal sigue estando muy presente en la canasta familiar de los colombianos y su uso se da de una forma casi desmedida, generando así varios conflictos en los sistemas del organismo, pues su exceso, como el exceso de cualquier alimento, puede ser muy perjudicial para la salud, desencadenando algunos síntomas molestos e incluso algunas enfermedades graves de cuidado.

Sal. | Foto: Julie Toy

Tal como lo menciona Domingo Carrera, médico especialista en Nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas reseñado por el portal Hola, cuando hay exceso de sal hay varios síntomas que son latentes y pueden servir como una forma de alerta.

La sed es uno de los principales factores a la hora de reconocer el exceso de sal en el cuerpo. Ahora, para ser más específicos, cuando las mucosas (labios, boca, genitales) y la piel están resecas, también se dice que puede haber mucha sal en el organismo.

Por otro lado, tener ganas de orinar de forma continua, pero al momento de hacerlo hay poco volumen de orina con un color amarillo intenso o naranja, también es uno de los signos de mucha sal en el cuerpo. A esto se le añade la retención de líquidos en tobillos, vientre bajo, párpados, manos y pies; algunas náuseas frecuentes, acidez estomacal con gases y reflujo gastroesofágico, dolor de cabeza acompañado de confusión, irritabilidad o ansiedad; y hasta la pérdida del apetito y del gusto por algunos sabores.

La sal gruesa es utilizada en bastantes rituales, porque se le atribuyen grandes propiedades. | Foto: El País

Ahora, es necesario dejar claro que el sodio, componente principal de la sal, es esencial para el funcionamiento óptimo del organismo, puesto que este mineral es uno de los que colaboran en funciones como la conducción del impulso nervioso y la contracción muscular, además de regular el nivel de agua en el cuerpo.

Ahora, el dilema es que el sodio debe estar en el organismo en cantidades precisas y tal como lo dice el doctor Carrera, “la cantidad de sal (cloruro sódico) máxima que debemos ingerir son 5 gramos al día (una cucharadita de café llena), lo que equivale a 2 gramos de sodio al día”.

Para evitar diferentes enfermedades a raíz del exceso de sodio, la doctora Becerra aconseja que es mejor llevar una alimentación natural, evitando al máximo los alimentos procesados. | Foto: El País

Al tener clara esta cifra, hay que tener también muy presente que la industria alimentaria le añade sal a la mayoría de alimentos para que se puedan conservar, tengan el sabor esperado con el cliente y sean de fácil comercialización, por ello, hay que leer muy bien la tabla nutricional de lo que se consume para saber en efecto cuánta sal se le puede agregar por cuenta propia.

Se dice que de la sal que se debe consumir a diario, el 80 % ya viene añadida y el 20 % es el que cada persona puede agregar. Es en esta relación en la que muchos pecan y llegan a excesos de sodio en su alimentación.

En caso de que el mismo paladar o el cuerpo pida alimentos salados, hay algunas alternativas que pueden funcionar para no incurrir en el exceso de sodio. Marinar y condimentar los alimentos con otro tipo de especias como pimientas, paprikas, u otros aromatizantes fuertes pueden hacer que se resalten sabores sin añadir sal.

Por otro lado, los alimentos con potasio también hacen las veces de mitigadores de la necesidad de sal, por eso son un gran aliado a la hora de controlar este mineral en la dieta.