Comer aceitunas tiene muchas ventajas para el sistema cardiovascular, gracias a que este alimento es rico en vitaminas, aminoácidos y minerales como hierro, magnesio, potasio, sodio y fósforo.
Es importante tener en cuenta que el ácido oleico de las aceitunas ayuda a controlar el colesterol en sangre al reducir los niveles de colesterol LDL, es decir, colesterol malo, y aumentar el colesterol HDL o colesterol bueno.
Además, evita que se endurezcan las paredes de las arterias. Esto mejora la salud cardiovascular y previene posibles casos de arritmias, infartos y accidentes cerebrovasculares.
Por otra parte, los componentes fenólicos y los tocoferoles son antioxidantes los cuales están en abundancia en las aceitunas, estos nutrientes ayudan a combatir los radicales libres.
Según investigaciones recientes, el ácido oleico presente en las aceitunas podría fortalecer el sistema nervioso, además de ayudar al crecimiento de las neuronas, lo que podría prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Gracias a los polifenoles y la tiamina que contienen, controlan la ansiedad y mejoran la memoria, lo que reduce el estrés oxidativo en el cerebro y tranquiliza el sistema nervioso.
Siguiendo esta línea de beneficios para el cuerpo, hay que mencionar que las aceitunas son ricas en minerales, como el hierro y, especialmente, el sodio. Esto hace que sean perfectas para prevenir y tratar la anemia y subir las plaquetas.
Este fruto también tienen sus beneficios en el aspecto cosmético, ya que incluir aceitunas en la dieta es fundamental para suavizar la piel, prevenir la aparición de arrugas y el brillo de la dermis. Por último, cabe recordar que son ricas en vitaminas E y D y antioxidantes, lo que estimula la regeneración de las células dérmicas y protege contra el sol.
Es importante tener en cuenta que si presenta alguna reacción adversa al consumir las aceitunas, lo más recomendable es detener la ingesta y visitar a un médico de inmediato.