El cáncer es una enfermedad caracterizada por el crecimiento descontrolado de células anormales en el cuerpo. Estas células cancerosas pueden formar masas llamadas tumores que pueden invadir los tejidos circundantes y diseminarse a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o la corriente sanguínea.
Este es ampliamente temido por diversidad de personas, pues puede afectar profundamente la vida y salud, tanto así que quienes lo padecen suelen enfrentarse a tratamientos intensivos y prolongados.
Dicha preocupación de padecer cáncer ha aumentado con el pasar de los años. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha comprometido con la salud pública y ha entablado varias investigaciones sobre esta patología, pues hay sustancias que podrían incrementar las probabilidades de desarrollarla.
La lista de alimentos que podrían cancerígenos
- Carnes rojas y procesadas
En la investigación realizada por un grupo de 22 expertos de 10 países catalogaron el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos.
“Cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%”, precisó el documento publicado en el 2015.
En ese sentido, el doctor Kurt Straif, Jefe del Programa de Monografías de la IARC expresó que: “Para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida”.
Debido a eso, recomiendan limitar el consumo de carne roja a 500 gramos por semana, lo que equivale aproximadamente a tres porciones, pues este alimento también puede traer varios nutrientes para el cuerpo.
Cabe mencionar que la OMS en ese mismo año, recomendó que “la carne roja y la carne procesada fueran consideradas de alta prioridad para su evaluación por el Programa de Monografías de la IARC”.
Dicha recomendación tenía como bases unos estudios epidemiológicos que sugerían que los pequeños aumentos en el riesgo de varios tipos de cáncer podían estar asociados con un alto consumo de carne roja o de carne procesada.
“Aunque estos riesgos son pequeños, para la salud pública podrían ser importantes dado que muchas personas en el mundo comen carne y el consumo de carne está aumentando en los países de ingresos bajos y medianos. Pese a que algunas agencias de salud ya recomiendan limitar la ingesta de carne, estas recomendaciones están dirigidas principalmente a reducir el riesgo de otras enfermedades”, confirmó la OMS.
- Endulzantes
En el 2023, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) calificó el aspartamo, edulcorante artificial, como posiblemente carcinógeno para los seres humanos, tras aclarar que hay evidencia limitada sobre su carcinogenicidad.
En ese sentido, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) reafirmó que la ingesta diaria admisible de este producto es de 40 mg/kg de peso corporal.
“Las evaluaciones del aspartamo han revelado que, si bien la inocuidad no preocupa de forma destacada en las dosis de consumo habitual de este producto, se han descrito posibles efectos que deben investigarse en más estudios y de mejor calidad”, precisó el Dr. Francesco Branca, Director del Departamento de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS.
- Bebidas alcohólicas
Una investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) arrojó que casi 750 000 (4 %), de los diagnósticos de cáncer en el mundo en 2020, se le atribuyen al consumo de bebidas alcohólicas.
En ese sentido, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) afirma que el alcohol se encuentra en la clasificación 1, como posiblemente carcinógeno, pues podría estar asociado con tumores de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colorrectal, mama y estómago.
“El alcohol tiene dos vías que pueden causar cáncer. Tenemos mutágenos, debido a su potencial para provocar mutaciones en las células que pueden llevar al cáncer, pero en las mujeres sabemos que también interviene una vía hormonal que puede aumentar este riesgo”, explicó Andrea Pereira, de la Sociedad Brasileña de Oncología Clínica (SBOC).