El cáncer primario de hueso, también llamado osteosarcoma, representa menos del 1% de todos los cánceres diagnosticados en el mundo. Como afirma la plataforma de la Clínica Mayo, en la mayoría de los casos los tumores que aparecen en los huesos son benignos, de lo contrario hay una variedad de tipos de cáncer de hueso, aparte del más común ya mencionado, como el sarcoma de Ewing, el fibrosarcoma, el histiocitoma fibroso maligno y el condrosarcoma, entre otros.
Al igual que en otros tipos de cáncer, el de hueso no tiene una causa determinante, en muy pocos casos hay una predisposición genética, pero en la mayoría se presentan debido a malformaciones de las células óseas de las extremidades como piernas, brazos y también la pelvis, algo que puede ocurrir en cualquier momento a lo largo de la vida. No obstante, suelte presentarse con más prevalencia en los niños y adolescentes, cuando el sistema óseo está en crecimiento.
Pero hay más claridad sobre los síntomas con que suele manifestarse el cáncer de hueso. Según los especialistas de la Clínica Mayo, el dolor de huesos es quizá el más característico, sobre todo cuando se focaliza en una parte o en un hueso específico. También se manifiesta con inflamación y dolor en el área superficial del hueso afectado.
La enfermedad cuando comienza a tener un impacto más generalizado puede causar fatiga, pérdida de peso involuntaria, debilidad en el sistema óseo, que podría provocar incluso fractura de hueso.
En cuanto al dolor, la Sociedad Americana de Cáncer (SCA), explica que “al principio no es constante. Puede llegar a ser peor por la noche o cuando se usa el hueso (por ejemplo, dolor en la pierna al caminar). A medida que crece el cáncer, el dolor será constante, y puede empeorar con la actividad”.
Otras señales de alerta son el entumecimiento y hormigueo en las extremidades, que puede indicar problemas en los huesos de la columna vertebral. Tampoco se descartan síntomas en los pulmones u otros órganos, que indicarían cuando el cáncer se extendió fuera de los huesos.
Si una persona o uno de sus hijos presenta estos síntomas de forma intermitente, con picos de dolor, que no pueden ser aliviados con analgésicos comunes, la recomendación es acudir por ayuda médica lo más pronto posible. Cuando se descarta el cáncer, los síntomas pueden deberse a otras enfermedades como artritis o lesiones en los huesos.