La gastritis es una dolencia muy común en la actualidad, porque bajo este nombre se agrupan diferentes enfermedades relacionadas con la inflamación del revestimiento estomacal, frecuentemente producida por infecciones bacterianas. Estilos de vida estresantes, alcoholismo, tabaquismo, malas costumbres alimentarias y condiciones precarias de higiene, pueden incidir en que una persona desarrolle gastritis.

Los síntomas de la gastritis pueden manifestarse de forma moderada e ir incrementando (gastritis crónica), o pueden aparecer repentinamente (gastritis aguda). En algunos casos, la gastritis produce úlceras estomacales, una señal de riesgo que debe ser tratada, puesto que podrían desembocar en un cáncer de estómago. No obstante, en general, la gastritis puede ser tratada con resultados positivos por especialistas en gastroenterología.

Gastritis crónica. Calambres estomacales, hinchazón abdominal, son algunos de sus síntomas. | Foto: Getty Images

La gastritis tiene un conjunto de síntomas usuales, pero según la clase de gastritis y su nivel de gravedad, se pueden reconocer como una alerta para acudir donde un médico especialista y recibir tratamiento adecuado para curarla.

Síntomas comunes de la gastritis

Por lo general se presenta con cinco síntomas muy reconocibles.

Sensación de llenura o hinchazón.

Pérdida de apetito y eructos frecuentes.

Náuseas y vómitos.

Malestar, ardor o dolor punzante en la parte superior del abdomen.

Cuando empeora puede evidenciarse en heces negras por sangrado del revestimiento del estómago.

En la mayoría de casos, estos son los primeros síntomas de gastritis, y a los cuales se debe prestar especial atención, puesto que de lo contrario, si se dejan avanzar, pueden convertirse en enfermedades gastrointestinales mucho más graves, como la mencionada arriba.

Señales de alarma según la gravedad de una gastritis

El daño de la gastritis se produce por debilidad o una lesión en la barrera mucosa que protege la pared del estómago, permitiendo que los jugos digestivos dañen e inflamen el revestimiento del estómago. A esto pueden contribuir bacterias, el uso frecuente de analgésicos, la edad avanzada, consumo excesivo de alcohol, estrés, tratamientos oncológicos, enfermedad autoinmune, y otras enfermedades como VIH y enfermedad de Crohn.

Algunas clases de gastritis son la crónica, aguda y nerviosa, las cuales tiene algunos síntomas propios, que se suman a los anteriormente descritos.

Gastritis crónica, síntomas específicos

Se presenta cuando la mucosa que recubre el estómago se inflama de forma progresiva. Los síntomas de gastritis avanzada son:

Pesadez en el estómago al empezar a comer.

Falta de apetito.

Adelgazamiento

Náuseas y vómitos.

Molestias y dolor en la zona superior del estómago.

Sensación de llenura excesiva después de comer algo.

Gastritis nerviosa

Se conoce como gastritis nerviosa o emotiva, puesto que se desencadena por situaciones emocionales, como el estrés y la ansiedad. Por esta razón, sus síntomas pueden aparecer en cualquier momento, dependiendo del estado mental de la persona.

Sus síntomas son: ardor en la boca del estómago, gases y eructos constantes, dolor, náuseas y acidez estomacal.

Gastritis bacterial (helicobacter pylori)

La bacteria Helicobacter pylori es causante de una clase de gastritis. | Foto: Getty Images/iStockphoto

La bacteria Helicobacter pylori afecta el estómago y es la causa más frecuente de úlceras pépticas. Se ha estimado que el 67% de la población mundial tiene esta bacteria en su organismo.

Sus síntomas incluyen:

Indigestión y malestar después de cada comida.

Distensión abdominal y molestias al tomar líquidos.

Hambre y sensación de haber comido nada.

Eructos.

Pérdida de apetito y pérdida de peso involuntaria.

Náuseas leves que se quitan después de vomitar.

Gastritis por estrés

Son llagas que se forman en el tracto digestivo y que causan molestias, sangrado y mucho dolor. Las personas con este tipo de gastritis pueden presentar: vómitos, insomnio, ansiedad, inapetencia, nerviosismo, pérdida de peso, dolor abdominal y sensación de tener el estómago muy lleno al empezar a comer.

Gastritis erosiva

Es aquella que desgasta poco a poco el revestimiento del estómago y que ocasiona úlceras y roturas superficiales, que de no tratarse podrían derivar en cáncer estomacal.

La gastritis es un grupo de enfermedades que tienen en común la inflamación del revestimiento del estómago, que causa la mayoría de las úlceras estomacales. (Photo By BSIP/UIG Via Getty Images) | Foto: Getty Images

Sus síntomas son parecidos a los de la colitis:

Eructos y flatulencias molestos.

Cambios en el color de las heces.

Acidez.

Distensión abdominal.

Indigestión después de comer.

En algunos casos, una persona puede ser asintomática, lo que es mucho más grave para el paciente. Por eso, es fundamental acudir a tiempo con un médico.

Gastritis atrófica

Se manifiesta con la pérdida del revestimiento del estómago, donde se produce el jugo gástrico y las enzimas. Sus síntomas incluyen: ardor, dolor, vómitos, aerofagia, heces negras, falta de hambre, palpitaciones, debilidad, mareos o dolor de pecho por la anemia, y Tinnitus (zumbido en los oídos) por deficiencia de hierro o vitamina B12.

Gastritis autoinmune

Una clase de gastritis bastante dolorosa, debido a que elimina las células parietales del organismo por los linfocitos T. Sus síntomas son molestia en el epigastrio o la boca del estómago, aerofagia y pesadez postprandial.

¿Cómo tratar los síntomas de gastritis?

Hay diferentes tratamientos para la gastritis, cada uno depende la causa y la gravedad de la inflamación en la mucosa del estómago. Pero, para las gastritis más leves existen en el mercado algunos medicamentos antiácidos como el omeprazol, esomeprazol o pantoprazol.

¿Cuándo acudir al médico especialista?

Cuando el dolor no se detiene y los síntomas continúan, incluso haciéndose más fuertes, impidiendo la digestión normal, es momento de acudir al médico. Es importante ir cuanto antes, no esperar a que el organismo empiece a producir heces de color negro o que se creen úlceras, ya que son los síntomas más graves. Desde que se sientan náuseas y dolor abdominal, lo mejor es no ignorar estas señales tempranas y consultar a un especialista.