El dolor de rodilla es una queja que ya no solo es común en las personas mayores o quienes practican ciertos deportes, sino que es cada vez más común ver que jóvenes empiezan a sufrir de esa dolencia. Lo primero que se considera en esos casos es que podría ser una lesión, como una ruptura de ligamento o un desgarro en el cartílago. Sin embargo, si se presenta en personas adultas, siempre es importante considerar que puede estar relacionado con problemas médicos como la artritis.

Las zonas de dolor pueden varias en cada paciente, así como la intensidad del dolor en la rodilla y la razón por la que se está presentando ese molesto y delicado síntoma. Los indicios más comunes a los que debe prestar atención son la inflamación y la rigidez de la zona, el enrojecimiento y la temperatura un poco alta al tacto, la debilidad o inestabilidad al caminar o hacer algún tipo de ejercicio, los sonidos de chasquidos o crujidos al moverla y la incapacidad o dificultad para enderezar completamente la pierna.

Esos síntomas pueden generar problemas degenerativos como la osteoartritis o la osteoporosis, además de otras afecciones igual de delicadas y de necesaria atención.

La vitamina B ayuda al cuerpo a evitar la osteoporosis. | Foto: Getty Images

Lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha difundido recientemente que el 40 % de la población de todo el planeta, que es mayor de los 70 años de edad, sufre de osteoartritis en la rodilla. Además, agrega que cerca del 80 % de esas personas tiene algún grado de limitación de movimiento y el 25 % de ellos no puede realizar la mayoría de las actividades diarias y requiere de alguna clase de asistencia.

En ese sentido, cuando se presentan los síntomas mencionados anteriormente, es necesario acudir al médico para determinar la causa y el posible tratamiento para que no avance. En caso de ser un caso leve, la dolencia se puede tratar desde casa con ejercicios físicos, manteniendo un peso adecuado y una alimentación saludable.

Los garbanzos son fuente de proteínas como el calcio, potasio, hierro, fósforo, magnesio, folatos, niacina, vitamina B6 y vitamina E. | Foto: Getty Images

También, introducir algunas vitaminas es esencial para manejar la calidad de vida de quienes sufren los dolores, pero también de quienes quieren prevenirlos. Una de ellas es la vitamina A, ya que ese micronutriente sirve para reducir el daño del tejido de las rodillas. Además, pese a que es fácil encontrar el suplemento, se recomienda incluirla en la dieta alimenticia diaria a través de frutas y verduras como la zanahoria, lechuga, espinaca, calabaza, melón y mango.

La vitamina B y todos sus derivados son una fuente generadora de energía que actúa directamente en los músculos, huesos y articulaciones y es una de las sustancias más importante para aminorar dolencias articulares en las rodillas. Se puede hallar en las legumbres como las lentejas, los lácteos y el huevo.

En el caso de la Vitamina C, esta se relaciona con los antioxidantes y su aporte al sistema inmune, que es el encargado de proteger el cuerpo de enfermedades e infecciones que genera los virus o las bacterias, también contiene colágeno para fortalecer los cartílagos del cuerpo y los huesos que componen la rodilla.

Parte de la vitamina K la sintetizan ciertas bacterias en el intestino. | Foto: Getty Images

Aunque se puede encontrar en cápsulas, la vitamina D es un macronutriente que se puede obtener a través del sol, con la función de absorber el calcio que entra al organismo para mantener los huesos y las articulaciones fuertes. Esa sustancia también se encuentra en alimentos como el pescado (la trucha, el salmón, el atún y la caballa).

Pese a que la vitamina K es poco mencionada, esta sirve para la coagulación de la sangre y se encuentra en verduras de hoja verde, aceites vegetales, arándanos, carnes, queso, huevo y soja.