El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa crónica y progresiva que afecta principalmente la memoria, el pensamiento y el comportamiento de una persona. Es la forma más común de demencia y se caracteriza por el deterioro gradual de las funciones cognitivas y la pérdida de la capacidad para realizar actividades diarias.

Aunque la causa exacta del Alzheimer aún no se conoce por completo, se cree que es una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilos de vida, la que contribuyen a su desarrollo.

El Alzheimer es una enfermedad principalmente asociada a la edad. | Foto: GettyImages

En ese sentido, la alimentación, especialmente a temprana edad, puede jugar un papel determinante en la prevención de este padecimiento que se manifiesta como la primera señal de la demencia y que según la Organización Mundial de la Salud afecta a más de 30 millones de personas en el planeta. Ante este panorama, la vitamina D ha sido reconocida como una de las más efectivas para evitar esta enfermedad.

La D es una vitamina soluble en grasa, que desempeña un papel crucial en la salud del cuerpo humano, y aunque se la conoce como vitamina, en realidad se comporta más como una hormona, pues se sintetiza en el cuerpo mediante la exposición de la piel a la luz solar.

La luz solar permite la producción endógena de vitamina D en el organismo. Foto: Chaideer Mahyuddin/GETTYIMAGES

La ciencia ha podido determinar que más allá de sus conocidos beneficios para la absorción del calcio, el fortalecimiento óseo y la función muscular, esta vitamina tiene influencia en el Alzheimer.

Una investigación reciente publicada en la revista Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring descubrió que el consumo de suplementos con vitamina D puede ayudar a prevenir la demencia.

Esto se logró gracias a un estudio del que participaron 12 mil personas de 70 años de edad en promedio, las cuales no padecían demencia, y el 37% consumía vitamina D a través de suplementos. Al final se pudo constatar que un 75% de las personas que decidieron no adquirir la vitamina D contrajeron demencia en los siguientes diez años y el 25% tuvo una exposición básica o temprana de la enfermedad.

Pero quienes no contrajeron demencia no fue solo por la ingesta frecuente de vitamina D, sino por un asunto genético, reveló el mismo trabajo científico. Esta vitamina tuvo efectos especialmente en personas que tenían el gen APOEe4, conocido por presentar un mayor riesgo de demencia de Alzheimer, en comparación con las no portadoras. Esto podría significar que las personas con el gen absorben mejor la vitamina D en el intestino, por lo que no necesitan la ayuda de la suplementación.

¿Qué alimentos contienen vitamina D?

Aunque la manera más efectiva de obtener la vitamina D es a través de la producción endógena gracias a la exposición solar, algunos productos contienen esta sustancia y pueden ser incluidos de manera regular en una dieta saludable.

  • Pescados grasos: son excelentes fuentes de vitamina D. Algunas opciones incluyen el salmón, la caballa, el atún, las sardinas y el arenque. Estos pescados son ricos en ácidos grasos omega 3 y también proporcionan vitamina D.
  • Hígado de res: es una fuente nutricionalmente densa que contiene varios nutrientes, incluida la vitamina D. Sin embargo, debido a su alto contenido de vitamina A, se debe consumir con moderación.
Los pescados grasos son buena fuente de vitamina D. | Foto: Getty Images
  • Yema de huevo: contienen vitamina D, entre otros nutrientes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la vitamina D se encuentra principalmente en la yema, mientras que la clara de huevo no contiene cantidades significativas de esta vitamina.
  • Productos lácteos enriquecidos: muchos productos lácteos, como la leche, el yogur y algunos quesos, se enriquecen con vitamina D. Hay que verificar las etiquetas para asegurarse de que estén fortificados.
  • Hongos: algunos tipos de hongos, como los champiñones o setas shiitake, pueden contener pequeñas cantidades de vitamina D. La cantidad de vitamina D en los hongos puede variar según el método de cultivo y la exposición a la luz ultravioleta.