El agotamiento físico y mental, la falta de interés o apatía y menor rendimiento, se ha vuelto una constante en los últimos meses.

Esto debido al aislamiento prolongado por el coronavirus y las extensas horas de trabajo en casa que un gran número de personas deben realizar a diario; síntomas que pueden desencadenar en el Síndrome de ‘Burnout’ o del “trabajador quemado”, relacionado con una respuesta de estrés crónico en el trabajo.

El síndrome que inicialmente estaba asociado solo a trabajadores de la salud, hoy es transversal a toda actividad económica, haciendo parte de la tabla de enfermedades psicosociales, que se han visto reforzadas por la situación actual de país y del mundo.

Temas como demasiada carga laboral, presión, angustia ante posible contagio, desesperación por posible desempleo y no tener recursos para cubrir los gastos, hacen que las personas también lo padezcan.

Puede leer: ¿Cómo ejercitarse sin correr el riesgo de contagiarse de covid-19?

Para Luana Polo, líder de la línea psicosocial de Positiva Compañía de Seguros “este síndrome se presenta por tres grandes componentes, el primero, porque existe una demanda excesiva en términos de cantidad y complejidad de las tareas a las cuales se ve enfrentado el trabajador, estas demandas no corresponden a los recursos que tiene la persona para dar respuesta a estas exigencias”, explica la experta.

Y añade, “un segundo componente está asociado al nivel de frustración que presenta el estar realizando una actividad laboral en la que se invierte mucha energía, pero con desmotivación en torno a los resultados que no pueden cambiar, es decir, hay frustración con respecto al resultado. Y el tercer componente está asociado al estrés crónico, que a largo plazo puede desencadenar otras patologías”.

La Organización Mundial de la Salud reconoce el Síndrome de ‘Burnout’
o del “trabajador quemado” como un trastorno mental.

Lo cierto es que los síntomas que caracterizan al Síndrome de ‘Burnout’ o ‘quemado’ pueden generar también, la aparición de otros trastornos como la depresión, ansiedad e insomnio, lo que notablemente hará que las personas se vean afectadas a nivel cognitivo, emocional y físico, desencadenando el deterioro progresivo del desempeño laboral, social y familiar.

Cabe destacar que, aunque la estadística de prevalencia del Síndrome ‘Burnout’ o ‘quemado’ en el país, tiene un alto subregistro, se sigue confundiendo o enmascarando dentro de otras patologías, por lo que en las valoraciones médicas suele diagnosticarse como un cuadro de estrés crónico.

¿Qué pueden hacer las personas si padecen estos síntomas?

Lo primero es saber identificar sí los síntomas referidos existen y si se están presentando efectos como ansiedad, insomnio, cambios de comportamiento que comiencen a afectar las relaciones sociales, ese es el momento de consultar a la EPS para que un profesional pueda identificar los niveles de riesgo psicosocial asociado a demandas del trabajo, esto permitirá identificar sobrecarga laboral, exigencias emocionales y de complejidad de tareas.

Este Síndrome suele presentarse en personas cuyos puestos de trabajo esté relacionado con atención a terceros.

Aspectos que, desde el punto de vista preventivo, propiciarán una adecuada gestión en cargas laborales, rotación de puestos de trabajo, etc., logrando tiempos de recuperación de los trabajadores, mejor organización de tiempos y turnos, lo cual le permita a la empresa implementar buenas prácticas psicosociales.

De igual forma, se podrán gestionar programas de formación en competencias que permitan a los trabajadores fortalecer mecanismos de afrontamiento, manejo o regulación emocional, organización de tiempos laborales y otros temas, que de forma integral mejoren las condiciones que impactan al trabajador y la presencia del ‘Burnout’ (quemado).

Otros síntomas

Síndrome del Burnout
- Estado de ánimo irritable, impaciente, negativo, irónico y distante.

- Incapacidad para concentrarse durante la jornada laboral y para relajarse o desconectar al finalizar la jornada.

- Frecuentes dolores físicos: fatiga visual, dolores de cabeza y musculares, entre otros.

- Sentimientos de frustración y fracaso al no conseguir los resultados deseados.