¿Cómo saber que se tiene una infección renal? Para comprobar esto es posible que a las personas se les pida una muestra de orina. Esto es con el fin de analizar si hay bacterias, sangre o pus en la misma. El proveedor de atención médica también puede tomar una muestra de sangre para hacer un cultivo. Este es un análisis de laboratorio para la detección de bacterias y de otros organismos en la sangre. La situación será, en ese momento, más clara.

Hay más pruebas para determinar esto. Una de ellas consiste en una ecografía, una tomografía computarizada o un tipo de radiografía llamado cistouretrografía miccional. Esta consiste en inyectar un tinte de contraste para tomar radiografías de la vejiga cuando está llena y al orinar.

Consejos para evitar las enfermedades renales. | Foto: Hiroshi Watanabe

¿En qué consiste el tratamiento?

Los antibióticos son la primera línea de tratamiento para las infecciones renales. Varios de los fármacos empleados y la duración del tratamiento solo dependen del estado de salud en general. Esto también de las bacterias que se encuentran en la orina. Los síntomas de una infección renal suelen empezar a desaparecer dentro de los pocos días al tratamiento. Pese a eso, varias personas necesitarán continuar tomando los antibióticos durante una semana o más.

Dentro de las principales recomendaciones es que se termine el tratamiento de antibióticos, pese a que la persona se sienta bien. En ese momento, el proveedor médico pedirá la repetición del cultivo de orina y es en ese momento donde se asegurará que la infección haya desaparecido. En caso de que la infección siga presente, se tendrá que tomar antibióticos en otro período de tiempo.

Las plantas medicinales ayudan a expulsar piedras de los riñones. | Foto: Getty Images

¿Cuándo se da una hospitalización por infecciones renales graves?

En caso de que la infección renal sea grave, se debe ir al hospital. El tratamiento del mismo podría incluir la administración de antibióticos y líquidos por vía intravenosa en el brazo. La duración en el hospital dependerá de la misma gravedad de la infección.

¿Qué tratamientos para las infecciones renales son recurrentes?

Dentro de los problemas médicos subyacentes, como una deformidad en las vías urinarias, puede hacer que la persona tenga infecciones de manera reiterada. En caso de que sea así, lo más probable es que remitan al paciente a un especialista en riñones o a un cirujano urinario (urólogo). Esto es con el firme propósito de reparar el problema estructural. Ante esto último, lo más probable es que la persona necesite una cirugía.

Los cálculos de calcio son los más comunes que afectan a los riñones. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

¿Cuáles son algunos de los remedios caseros para tratar esta infección?

Dentro de las formas más comunes para que las personas se sientan mejor de una infección renal están:

  • Aplicar calor: esto consiste en que se debe poner una compresa térmica sobre el estómago, la espalda o el costado para poder calmar el dolor.
  • Tomar medicamentos para el dolor: si se tiene fiebre o malestar, lo que se debe hacer es tomar un medicamento para aliviar el dolor como el acetaminofén (tylenol, otros). Si lo que tiene la persona es una enfermedad renal crónica, lo mejor es que evite o limite el uso de antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno (motrin IB, Advil y otros).
  • Mantenerse hidratado: beber líquidos ayudará a eliminar las bacterias de las vías urinarias. Es por eso que en este punto se recomienda evitar el café y el alcohol hasta que la infección desaparezca. Dichas bebidas pueden hacer que empeore la sensación de necesitar orinar.

Preparación para la consulta

Lo primero que se debe hacer es consultar al proveedor de atención médica de cabecera o un profesional de la salud en general. Si dicho proveedor de atención médica sospecha que la infección se propagó a los riñones, es muy probable que se deba ir a un médico especializado en afecciones de las vías urinarias.

¿Qué se debe hacer?

Al momento de programar la cita médica, se debe preguntar si hay algo que se deba hacer por adelantado. Aquí entran situaciones como restringir dieta para ciertas pruebas.

  • Los síntomas, incluidos aquellos que parezcan no tener relación alguna con tu afección, y cuándo comenzaron.
  • Información personal clave, incluidos los cambios recientes en la vida, como una nueva pareja sexual, y los antecedentes médicos.
  • Todos los medicamentos, vitaminas u otros suplementos que tomes, incluidas las dosis.