A pesar de estar en pleno sigo XXI, aún existen ciertas patologías que siguen siendo desconocidas para las personas en la sociedad. Entre esas, pese a que se conocen algunos datos, está el cáncer en la sangre.

De acuerdo con la Fundación Internacional DKMS, esta enfermedad ocurre cuando las células cancerosas inundan el torrente sanguíneo y reemplazan las células sanas. Como resultado, las células de la sangre ya no pueden realizar sus tareas básicas, como transportar oxígeno y proteger al cuerpo de infecciones.

Por ello, es fundamental conocer los síntomas, los factores de riesgo y -en lo posible- contar con un diagnóstico oportuno para mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.

Mieloma Múltiple

El Mieloma Múltiple es un tipo de cáncer de sangre que afecta a las células plasmáticas en la médula ósea, que son las encargadas de producir anticuerpos contra agentes infecciosos. Sin embargo, aunque no es un cáncer que tenga cura, hay intervenciones que pueden favorecer la supervivencia y entender la enfermedad como una entidad tratable.

Los coágulos no permiten el paso de la sangre. | Foto: Getty Images

El Mieloma Múltiple se ubica en la posición #19 del ranking de incidencia de cáncer, en Colombia, según Globocan. En el 2021, la Cuenta de Alto Costo (CAC) reportó 446 casos nuevos de Mieloma Múltiple y 3.929 casos prevalentes de este tipo de cáncer. Además, hubo 560 muertes por esta enfermedad.

Los síntomas del Mieloma Múltiple pueden variar entre pacientes; dado que no son muy específicos, su detección se hace compleja. No obstante, los signos más frecuentes son el dolor de huesos, la sensación de cansancio, las infecciones recurrentes, los trastornos del sistema nervioso y la dificultad para respirar.

El rango promedio de edad de diagnóstico de este tipo de cáncer se ubica entre los 65 y 70 años, por lo que son las personas mayores, la población más vulnerable.

La médula ósea es atacada por las células cancerosas | Foto: Getty Images

Entre algunos de los factores de riesgo está la obesidad, la inflamación crónica y exposición a pesticidas, los solventes orgánicos, la radiación o el consumo de comida de mar contaminada con metales pesados. Por ello, la detección temprana y el acceso al tratamiento adecuado son claves para asegurar la supervivencia del paciente.

Por ello, Ana Cristina Ochoa, directora médica de Takeda, afirma: “Según el Instituto Nacional de Cancerología, los pacientes que padecen Mieloma Múltiple tienen una supervivencia más allá de cinco años de tan solo un 46.6 % si no se da un tratamiento adecuado. Es por eso que hemos trabajado (desde el sector salud) para generar investigaciones en tratamientos específicos para Mieloma Múltiple, dando búsqueda a una cura de la enfermedad que mejore no solamente la supervivencia, sino la calidad de vida de nuestros pacientes”.

Linfoma Hodgkin y Linfoma no Hodgkin

Así mismo, existe el linfoma que es un tipo de cáncer de sangre que afecta al sistema linfático, se presenta en dos formas principales: el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin.

El Linfoma de Hodgkin se cura, con frecuencia. El pronóstico del Linfoma no Hodgkin depende del tipo específico de la enfermedad, según Lug Healthcare Technology.

La Cuenta de Alto Costo, indicó que en 2021 registraron más de 15,000 casos prevalentes de Linfoma no Hodgkin (LNH) y alrededor de 3,000 casos de linfoma Hodgkin (LH). Entre los casos de LNH, fallecieron 1,500 personas, mientras que en el caso de LH esta cifra ascendió a 154 muertes.

Los hombres mayores, tienen mayor riesgo | Foto: SEMANA

Dicho esto, vale mencionar que algunos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer Linfoma, según la Sociedad American de Oncología, son:

  • La edad: algunos tipos de Linfoma son más frecuentes en adultos jóvenes, mientras que otros se diagnostican en personas mayores.
  • Ser hombre: los hombres tienen más probabilidades de desarrollar Linfoma que las mujeres.
  • Sistema inmune (defensas) afectado: el Linfoma es más frecuente en personas con enfermedades del sistema inmunitario.
  • Contracción de infecciones: algunas infecciones se asocian con un mayor riesgo de padecer Linfoma.

Por esta razón, “el diagnóstico oportuno cobra una relevancia crucial. Para lograrlo, las personas deben estar alerta a síntomas como fiebre constante, pérdida progresiva de peso, sudores nocturnos, picazón en el cuerpo y la aparición de ganglios en diversas áreas corporales. Si estos signos aparecen, es importante acudir a un profesional de la salud”, concluye Ochoa.